El último reci de Keith Levene con los Clash

“Mick Jones se volvió mi peor pesadilla”, contó el guitarrista despedido de la banda.

Texto de Lepo. Basado en escritos de Pat Gilbert y Chris Salewicz.

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El 5 de septiembre de 1976, los Clash tuvieron su quinta presentación. Una de las actuaciones habituales de domingo a la noche en el Roundhouse de Chalk Farm (Londres). Disponible como grabación pirata, esta actuación de los Clash sirve de testimonio para la cantidad extraordinaria de trabajo que había hecho el grupo en solamente tres meses, tanto en términos de ensayo como de composición. Como actuación de rock, tan al principio de la trayectoria de una banda, es destacable. El grupo se puso a la altura del recinto más grande para ellos, con fuego, energía, tensión dinámica y canciones fantásticas, varias de las cuales pronto quedaron descartadas del repertorio del grupo.

Roundhouse

Estaba incluida la primera interpretación en vivo de “One-two-crush on you”, “Mark me absent”, otro tema de Mick Jones, y “How can I understand the flies?” [¿Cómo puedo entender a las moscas?], una idea no muy convencional para una canción pop. La había escrito Joe Strummer ese verano boreal opresivamente caluroso, mientras los insectos zumbaban alrededor de su colchón, en el entorno característicamente antihigiénico de la calle Orsett Terrace de Londres. Joe la presentó como “una canción veraniega”.

“Protex Blue”, la oda de Mick Jones a los preservativos (escrita antes de que llegara Joe Strummer desde los 101’ers), concluye con un par de palabras rugidas del cantante (“Johnny, Johnny”), lo que da vuelta la canción, con humor. Un ejemplo del tipo de incongruencia verbal con la que Joe muchas veces desplazaba las canciones de los Clash al campo del surrealismo.

Después de “Mark me absent”, Joe intentó adiestrar/molestar/convertir al público entre medio de las canciones, lo que resultó en una lluvia de carcajadas y cargadas.

-¿Dónde conseguiste esos jeans? -interroga a un pobre oyente, al cual señaló como una reliquia de un mundo sin punk.- ¿Qué es eso? ¿La Máquina de Jeans? -se burla del nombre de una cadena de tiendas de ropa muy difundida en ese entonces (fundada, casualmente, por un conocido del manager Bernie Rhodes), cuyos productos acampanados estaban muy apartados del aspecto agresivo y liso de los Clash. Después intenta sugerirle un poco de autodeterminación a la multitud. Una arenga que iba a ser conocida como la filosofía punk de la autogestión:

-Estuve esperando para salir y ver algunos grupos o algo. Pero ya vi todo. Así que me tuve que sentar en mi casa a mirar tele, y no tenía sonido así que tuve que leer los labios. Nada más quiero protestar por el estado de las cosas, así que cualquiera del público que no sea viejo, debería salir y hacer algo, en vez de estar sin hacer nada.

Aunque evidentemente actúa como un proselitista, las palabras de Joe son creíbles y sinceras simultáneamente.

El repertorio del Roundhouse termina con una canción que Joe le dedica “al futuro”: “1977”, con su verso histórico “No hay Elvis, Beatles ni Rolling Stones en 1977″.

-Yo tenía la letra y Mick tenía la melodía, y la estábamos armando. Yo había escrito en mi cuaderno “No hay Elvis, Beatles ni Rolling Stones en 1977”, pero me parecía demasiado tonto expresarlo directamente. La estábamos cantando y llegábamos a una parte donde no teníamos letra y Mick dijo “Necesitamos algo acá”. Le dije que yo tenía algo, pero que era un poco tonto. Me dijo “Ah sí, ¿qué es?”, así que dije “No hay Elvis, Beatles ni Rolling Stones”, y dijo “¡Bárbaro! ¡re copado!”.

Al final del repertorio del Roundhouse, Jeff Dexter, musicalizador del recinto, sintetizó el set de los Clash con neutralidad:

-Creo que es una banda para amar o aborrecer, y yo soy poco comprometido.

Después de la presentación, Bernie le dijo al grupo que había “dado asco”, y le preguntó a Joe de dónde había sacado “esos guiones viejos de Johnny Rotten”.

Tal vez no hubiera Elvis, Beatles ni Rolling Stones en 1977, pero tampoco había más Clash para el guitarrista Keith Levene. Esa fue la presentación final de Keith.

-Se había bajado del escenario para cambiar una cuerda en el Roundhouse, y tardó años en volver -dijo Mick.

Keith Levene, Paul Simonon, en vivo, agosto de 1976.

-Para mí era obvio que había un problema entre él y Mick, y un problema con su responsabilidad -explicaba el sonidista Mickey Foote-. La responsabilidad es muy importante. Estaba tomando demasiadas anfetaminas.

Joe dijo:
-Nuestra idea de pasarla bien era conseguir una punta de merca, del tamaño de una cabeza de fósforo. De vez en cuando conseguíamos pastillas o sulfato. Pero Keith era más pro con las anfetaminas. Las tomaba muy puras.

Strummer aceptó la sugerencia de Bernie de “escribir sobre lo que pasaba”, e hizo una canción sobre los acontecimientos de Notting Hill: “White riot“. Según Joe, Keith no estaba interesado en ensayarla. Para Levene era atrasada musicalmente y líricamente burda. Pero su compromiso disminuido tenía otras raíces.

Mickey Foote decía:
-Creo que para él la banda no era lo suficientemente peligrosa. Él se juntaba con Sid Vicious. En esa época el ambiente no era tan falopero, pero era inquietante. Y medio que le decían “¿Vos trabajás con Joe Strummer de los 101’ers? ¿Es medio viejo, no?”. Había como un estigma. Les resultaba difícil aceptarlo como uno de ellos, porque era un poco más grande y de clase media. El ambiente de Keith lo alejó, y además él no se quería atar.

El “problema” entre Mick y Keith era prácticamente personal. Levene le contó a una página web, que el antagonismo con Mick surgió en julio del ’76:

-Mick se enteró de que yo era tres años más joven que él -dice-. Desde ese día, fue un hijo de puta conmigo. Nada de lo que hiciera yo estaba bien.

El lunes 6 de septiembre de 1976, el baterista Terry Chimes llegó a Rehearsal Rehearsals, la sala de ensayo de los Clash:

-Estábamos sentados ahí, tomando una taza de té, Mick, Paul y yo. Joe y Keith Levene todavía no estaban. Joe entró diciendo “Me desperté esta mañana y sentí que tenemos un guitarrista fantasma en la banda. Simplemente es como que viene de la nada y vuelve a desaparecer. La verdad que no es parte de lo que estamos haciendo”. A lo que yo dije “Bueno, está acá todos los días. ¿A qué te referís?”. Me dijo “Sí, pero no se siente parte de esto”.

Mick inició un debate sobre el rol de Keith en el grupo:

-De una manera muy vueltera, Mick dijo que no hacían falta tres guitarristas en la banda -recuerda Terry Chimes-. Joe dijo “¿Entonces qué? ¿lo echamos?”. Mick dijo “me parece que tenés razón”.

-Joe era el que echaba gente de los 101’ers -dijo Paul Simonon-. Él fue el que se sacó de encima a Keith Levene. Dijo “Yo era el verdugo de los 101’ers. Yo lo voy a hacer”.

-Yo quedé shockeado -comentó Terry Chimes-. En ese momento pensé “no se puede echar a alguien solamente por un capricho”. Me pareció que era simplemente el comportamiento loco de Joe. Yo estaba un poco enojado, diciendo “¿A qué te referís? ¿De un momento a otro sentís algo y él se va de la banda? ¡¿Qué?! Esto es ridículo”. Pero ellos tres lo habían estado pensando y después lo expresaron. Así que era un hecho consumado. Yo estaba un poco estupefacto. Entonces llegó Keith, antes de que termináramos de discutir sobre eso, y Joe dijo “Nos parece que te tenés que ir”. Keith estaba enojado y se fue caminando, indignado. Así terminó eso.

“Cuando se fue de la sala, todos nos miramos inexpresivamente. Entonces Mick dijo ‘Me conviene aprender a tocar la guitarra’, refiriéndose a que Keith era el que hacía los solos hasta ese momento. Fue gracioso cómo lo dijo. Después de que se fue, ensayamos y llegamos a la conclusión de que no hacen falta tres guitarras. Se puede hacer lo necesario con dos guitarras. Cuando se fue Keith, pareció más fácil avanzar y lograr cosas. Él tiraba para atrás”.

Mickey Foote decía:
-Fue un shock que lo echaran. Él no estaba muy metido, pero cuando lo echaron quedó muy herido. Fue un caso típico de “prefiero irme a la mierda yo antes de que vos me mandés a la mierda”.

La expulsión rápida e insensible de Levene, hablaba a las claras de la atmósfera clashera. Bernie le había inculcado a Joe, Mick y Paul una crueldad colectiva. No le hicieron a Keith ninguna advertencia ni le dieron una segunda oportunidad. Le pagaron su falta de compromiso con un despido instantáneo. Esta banda, a diferencia de los Stones con Brian Jones o los Beatles con Pete Best, no iba a dejar que las cosas se pudrieran ni le iba a enchufar las decisiones difíciles al manager.

Paradójicamente, Bernie se sobresaltó con su accionar:
-Bernie quedó conmocionado cuando apareció por Rehearsals y yo había echado a Keith -dijo Joe-. Era uno de sus favoritos. Ahora me doy cuenta de que Bernie tenía miedo de perder el control.

Rápidamente, borraron a Keith de la foto. Empezó a circular un rumor de que renunció por su adicción a las drogas. Fue la primera víctima de lo que Foote definía como “fuego amigo” en el campamento de los Clash. Iba a haber muchas más víctimas.

La versión de Keith

Keith Levene sacó un libro y un EP en enero de 2015, titulados Meeting JoeJoe Strummer, The Clash and Me  (Conociendo a Joe: Joe Strummer, The Clash y yo). Cuenta una historia diferente a la que se sabe sobre los inicios de la banda.

keithLevene 2014

-¿Cómo se dio todo?
-Cuando yo tenía 17 años me mudé de mi casa familiar de Londres Norte, a Londres Oeste. A esa altura ya llevaba cinco años tocando la guitarra y lo que más quería era estar en una banda.

Un día mi amigo Alan me presentó a un chabón que se llamaba Mick “Rock and Roll”. Era Mick Jones. Era un par de años más grande que yo. En realidad todos los Clash eran más grandes que yo.

Al principio Mick me cayó bien. Yo lo admiraba. Calculo que desde mi perspectiva inocente, de 17 años, me pareció el chabón más copado que había conocido en mi vida. Pero mi opinión con respecto a él cambió más adelante, cuando empezó a mostrarme cómo era en verdad. Lo sobrevaloré mucho. Se volvió mi peor pesadilla en los Clash. Me tomó totalmente por sorpresa. Para él, era como que yo no podía hacer nada bien.

Al principio parecía que queríamos lo mismo. Los dos éramos guitarristas. Practicábamos con la guitarra desenchufada en la casa de su abuela, cerca de la autopista Westway. Queríamos estar juntos en una banda. Queríamos hacer algo especial con la música. Teníamos conversaciones interminables sobre nuestra futura banda. Al final era obvio que él quería una cosa, mientras que yo estaba en otra cosa totalmente distinta en cuanto a la música. Esa fue la mayor razón que me llevó a irme de los Clash. No me echaron. Ese es otro mito que permaneció con el paso de los años.

Mi partida de la banda fue algo mutuo. Yo quería progresar musicalmente, hacia un área totalmente distinta, o al menos ser abierto hacia algunas cosas. Parecía que ellos no. También se pueden dar una idea de lo que podría haber sido el sonido de los Clash si escuchan “What’s my name” del EP Meeting Joe. A esa la compuse con Joe en vivo, en el reci de los Clash con los Sex Pistols en Sheffield. De casualidad. Fue uno de los tantos recis de los Clash donde estuve en esos primeros meses cruciales para el desarrollo de la banda, cuando la prensa y el público en general empezaron a prestarles atención. Probablemente fue al mismo tiempo que las discográficas, o al menos el sello que al final los contrató, empezó a investigar sobre la banda.

La verdad, cuando parecía que las cosas en los Clash no iban como yo quería, me acerqué a John Lydon en el reci con los Sex Pistols y le propuse la idea de trabajar con él en el futuro. En 1978 Lydon y yo formamos PiL. Con Public Image Ltd., pueden tener una noción de lo que me interesaba.

John Lydon y Keith Levene en 1978

No es ningún secreto que yo no estaba de acuerdo con el rumbo que tomaron los Clash, restringiéndose a ellos mismos. Como dije, esa fue la mayor razón que me llevó a irme de la banda, aunque sabía que la iban a pegar.

En 2020 Keith declaró:

-Cuando estaba en los Clash me chupaba un huevo cualquier otra banda alrededor nuestro. Me parecían todas una bosta y de todas formas no tenía tiempo para ellas. Cuando se terminaron los Clash para mí, yo lo resolví así en mi mente: “si los Clash funcionan, me tengo que ir a la mierda, porque voy a ser muy difícil para ellos. Ellos no lo entienden. Nunca lo van a entender. Así que no te preocupes”. Yo me consideraba lo suficientemente joven y lo podía hacer de nuevo. Era un guitarrista juvenil. Sabía que podía hacerlo y que iba a ser mucho mejor. Sabía que los Clash la iban a pegar, pero no pude creer la manera en que la pegaron. Nunca escuché el primer disco de los Clash completo.

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