21 de octubre del ’77: zona de guerra en Dublin

Los estudiantes del Instituto Trinity recuerdan la visita explosiva de los Clash a Irlanda.

Por Ian Maleney para irishtimes.com – Traducción y compaginación: Lepo.

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-Fue un bautismo de fuego.

Paul Tipping recuerda su época como director de entretenimientos del centro de estudiantes del Instituto Superior Trinity Dublin, en 1977. Su equipo de veinteañeros había organizado su primer recital del año y el primer evento de sus vidas, en el ornamentado Salón de Exámenes del instituto, del siglo XVIII: dos presentaciones de los Clash, una banda a la vanguardia de la explosiva movida punk del Reino Unido, con un éxito reciente por su disco debut. La entrada costaba 1,50 libras [13 dólares actuales].

-Era una época re difícil para Irlanda y Dublin -dice Tipping, ahora profesor jubilado-. Explotaron bombas en mayo de 1974; había una guerra a 80 kilómetros [en la frontera con Irlanda del Norte] y recesión económica. La música estaba estancada.

El 31 de julio de 1975, la UVF [sigla en inglés de Fuerza Voluntaria del Ulster], un grupo paramilitar a favor de la permanencia de Irlanda del Norte en el Reino Unido, mató a cinco personas en una ruta, incluyendo a tres integrantes de la Miami Showband, una de las bandas más populares de Irlanda.

-Después, en junio de 1977, mataron a un pibe en un reci punk en el Instituto Universitario Dublin. Todo eso se juntó -agregó Tipping.

Revista NME, julio del ’77: “Asesinato en un festival punk”

-Tras el asesinato de la Miami Showband y las bombas por todo Dublin, muy pocas agrupaciones internacionales o británicas venían de gira, excepto por medio de las universidades -dice Ian Wilson, que en ese entonces era presidente del centro de estudiantes-. Existían muy pocos organizadores o muy pocos lo podían manejar: las universidades se consideraban una especie de territorio neutral.

Wilson había contactado a Paul Charles, agente londinense de contrataciones, que estaba tratando de llevar bandas punk a Irlanda, muchas de las cuales tenían esencialmente prohibido tocar en Inglaterra. Por medio de una red de organizadores universitarios, las bandas iban a poder girar por Irlanda con seguridad.

-La escala de lo que hicimos en ese año, no tenía precedentes -dice Wilson-. Traíamos bandas que salían en el programa de televisión Top of the Pops y tenían discos número 1 en ventas en el Reino Unido e Inglaterra. Ninguna universidad había hecho eso antes.

Un recorte que anunciaba la llegada de los Clash a Dublin.

Wilson puso a Charles en contacto con Tipping y pronto los Clash tuvieron dos fechas en la isla de Irlanda: en el Salón Ulster de Belfast, el 20 de octubre de 1977 y en el Trinity, a la noche siguiente. La banda llegó a Belfast y se dio con que su show se había suspendido por temores de la compañía de seguros. Hubo un pequeño disturbio. Entonces, hubo presiones intensas de los directivos del Trinity para parar el show.

-Estábamos organizados y muy decididos; no cedimos -dice Wilson en referencia a la postura del centro de estudiantes-. Nos hicieron las mil y una amenazas, porque no sabían qué podía pasar. Nosotros teníamos una idea aproximada. Ellos no tenían ni idea.

Wilson remarca el aspecto político del show. El centro acababa de arrebatar el control del bar del instituto y era el comienzo de un boicot a las instalaciones del comedor del campus, como protesta por el aumento de precios. En el centro de estudiantes vendían preservativos en una época en que los anticonceptivos eran ilegales. Wilson también recuerda que algunos amigos tenían una radio pirata en la habitación. Esas intervenciones políticas encajaron con los Clash, estridentemente antiautoritarios.

-Íbamos a tomar la universidad para aportar mejores recis, mejores servicios, mejores promos para los estudiantes, mejores instalaciones; todo.

El Instituto Trinity en los años ’70.

El Trinity, en ese entonces, vio lo que estaba pasando como un “ataque frontal. Nosotros éramos el centro de todo lo punk que pasaba en Dublin. Quedamos en el foco de la atención por eso; un estallido espantoso de la cultura juvenil más desagradable para ellos”.

Pendejos punks

El shock cultural era evidente en el parque frente al Trinity, la noche del reci. De un lado, pendejos punks trepando para entrar el Salón de Exámenes. Por el otro, un grupo de celebridades más refinadas hacían fila vestidas con trajes y vestidos de noche, para la cena anual de la Sociedad Histórica. Wilson cuenta que, por ese elegante ambiente, pasaron arrasando “mil personas vestidas con alfileres de gancho y bolsas de residuos”.

Wilson y Tipping insinúan que todos entendían la música, pero pocos tenían una verdadera experiencia de la cultura punk británica. Mientras que había algunas bandas punk irlandesas creíbles, su imagen era de segunda mano, reconstruida a partir de informes de la prensa musical y discos que podían conseguir.

-Estaban los Boomtown Rats y los Radiators from Space -dice Tipping-. Después llegaron los Clash y pusieron todo patas para arriba.

Los Clash hicieron dos sets de unos 40 minutos cada uno. Tipping estima que la frustración de la noche anterior en Belfast, fue una yapa.

-Habían estado al pedo en Inglaterra y después se cruzaron con Paul Charles, que les dijo “bueno, vamos a tocar a la isla de Irlanda”. Vinieron y en Belfast no pasó nada. Estaban muy frustrados.

A todo trapo

-Fue una de las cosas más intensas que viví. Fue un desenfreno total -dice Wilson-. Simplemente tocaron repertorios brutales y cortos, insultando al público a los gritos, y después ¡pum!, se habían ido. ¡Wow! Francamente, si hubieran hecho el set de una hora que se suponía originalmente, habría sido demasiado.

El escenario del Salón de Exámenes mide unos 60 centímetros de alto, así que Tipping y Wilson reclutaron a un grupo de gente para proteger a la banda de los admiradores.

-Fue tan confuso, tenso y adrenalínico, que solamente me acuerdo de haber formado una pared humana al frente. Una pandilla tratando de evitar que invadieran el escenario, siendo bañada en gallos- dice Wilson, con un suspiro poco nostálgico-. Nos bañaron y Strummer les gritaba “¡Dejen de escupir! ¡Ay, qué copados que son!”. Los reprendía, pero no importaba. Seguían escupiendo para todas partes.

Una reseña del reci.

-Yo estaba un poco en ascuas, pensando “Dios, esto puede salir muy mal” -dice Tipping-. Pero en el intervalo de las dos presentaciones, tuve una de mis ideas brillantes. Yo jugaba al cricket en el Trinity, y lentamente me vino a la mente que en la cancha de cricket, para proteger la base, había vallas. Las trajimos y formamos una barrera de dos hileras, lo cual convirtió el Salón de Exámenes en una especie de zona de guerra.

Cosas asquerosas

Cuando concluyó el segundo set y el lugar se vació, Wilson y Tipping se quedaron a limpiar y descubrieron algunas cosas asquerosas.

-Alguien había entrado con un montón de ojos de oveja y los había tirado por todos lados. Así que barrimos una docena de ojos de oveja. Fue un poco raro -dice Wilson-. Alguien habrá pensado que eso era muy punk: llevar ojos de animales y tirarlos para todos lados.

Atontados con la ambición, tras el reci, Tipping y Wilson se pusieron a contratar más bandas punk. Los Stranglers llegaron en noviembre y los Buzzcocks en enero. Los Sex Pistols estaban contratados pero se separaron antes de poder llevar a cabo el reci. Wilson solamente se ríe de pensar lo que hubiera pasado si aparecían Johnny Rotten y compañía.

Las autoridades del instituto empezaron a exigir que los recis tuvieran menos de cierto volumen, para proteger el enyesado del Salón de Exámenes. Trataron de suspender a los Buzzcocks y Wilson se negó a parar el show.

Al año siguiente, los Clash regresaron para tocar en el Top Hat de Dún Laoghaire [12 kilómetros al sudeste de Dublin], pero a esa altura ya había cambiado algo en el punk. Ya no era la fuerza abrasadora de 12 meses antes.

-El punk fue algo rapidísimo -dice Wilson-. Pum, pum y se acabó. Se dividió y se convirtió en la new wave, y algunos elementos fueron absorbidos rápidamente por la música comercial. Fue una movida muy espontánea.

Para Tipping y Wilson, ese primer destello punk en el Salón de Exámenes, nunca será superado. Más adelante, Bono de U2 lo llamaría “el mejor reci” de su vida.

Tipping lo recuerda con alegría; no es nostálgico; ya no es punk, pero no puede evitar entusiasmarse al rastrear sus recuerdos.

-Ah… no es algo que puedas hacer para siempre. Pero hasta el aroma de eso era increíble.

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