“Yo me hice punk”: el inicio de la conversión de Joe Strummer

El 23 de abril de 1976, los Sex Pistols abrieron de nuevo para los 101’ers de Joe Strummer, y se empezó a gestar un cambio de personalidad en el cantante.

Texto: Lepo. Basado en escritos de Pat Gilbert y Chris Salewicz.

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El 23 de abril de 1976, los Sex Pistols abrieron de nuevo para los 101’ers en el pub Nashville de West Kensington, Londres. A esta segunda fecha fueron los London SS (Mick Jones, Tony James, Paul Simonon, Keith Levene); varias otras futuras estrellas del punk (Dave Vanian, Adam Ant y Vic Godard), más un par de periodistas, como así también Malcolm McLaren, Vivienne Westwood y Bernie Rhodes.

Pero, siempre imprevisibles, los Pistols no tocaron bien. Para avivar las cosas, Vivienne Westwood cacheteó a una chica justo al frente del pequeño escenario. En el alboroto resultante, tanto McLaren como Johnny Rotten -que había saltado del escenario hacia el público- se pusieron a pelear con el novio de la chica. Asustado, el resto del público retrocedió. Fue lo más extraño que muchos de ellos habían visto en sus vidas, en un supuesto recital “pop”. No había ningún tipo de marco de referencia para encuadrar ese incidente. De ahí en adelante, la violencia iba a ser un subtexto constante del punk rock.

Los 101’ers miraban boquiabiertos. Musicalmente, no había tanta distancia entre los 101’ers y los Pistols, pero ideológicamente eran de distintos planetas. Los primeros eran nobles y retro; los segundos eran violentos, nihilistas, elitistas, arrogantes, gozaban con la negatividad y estaban claramente empastillados. Los Pistols y sus seguidores eran glamorosos, callejeros, peligrosos, como los perturbadores Drugos de La Naranja Mecánica, pero enchufados a amplificadores.

-Yo estuve ahí esa noche y vi algo distinto -relató el periodista Chris Salewicz- El medidor de controversias de los Pistols había subido varios grados, significativamente.

De repente, Joe se dio cuenta de que los 101’ers eran viejos artríticos.

Bob Gruen, el fotógrafo estadounidense de rock, dice:
-Antes, las bandas querían complacer a las audiencias, pero a los Pistols no les importaba una mierda si le caían bien a la gente o no. Incluso parecían estar contentos si no los querías. Era una manera de pensar totalmente distinta.

El mismo día del segundo reci en el Nashville de los Pistols y los 101’ers, salió Ramones, el primer álbum del grupo que estaba creando una mitología propia en New York, como un conjunto de zopencos caricaturescos del Lower East Side, que casualmente también tocaban la música más rápida que había en existencia.

Aunque contenía 14 canciones, la duración total de su LP homónimo era de menos de 28 minutos.

-Los Ramones fueron el grupo más importante; el que cambió el punk rock -dijo Tony James-. Cuando salió su disco, todos los grupos ingleses triplicaron su velocidad de la noche a la mañana. Canciones de dos minutos, muy rápidas. Los Pistols fueron casi el único grupo que se mantuvo a la velocidad de los Who.

Como los 101’ers ya estaban, según la definición de Joe, tocando “rhythm and blues a 160 kilómetros por hora”, uno puede suponer que él encajaba idealmente en ese cambio. Esa era la opinión de Bernie Rhodes, que volvió a estudiar a Joe sobre el escenario, en ambas fechas del Nashville, y lo habló poco después de cada actuación. Pero no estaba listo para decirle el plan que estaba fermentando en su cerebro siempre activo.

Quizás Joe lo comprendió instantáneamente, pero la decisión de hacer algo al respecto, le llevó más tiempo. Los 101’ers estaban a punto de sacar un disco; la culminación de casi dos años de sudar la gota gorda. De todas formas, no estaba claro que Joe pudiera encajar en un grupo como los Pistols. Era más grande y de una cultura radicalmente distinta. Su grupo siguió tocando. En esas fechas, se vio que Joe hacía exactamente lo que tantos músicos de pub rock hicieron después de que el punk saliera a la superficie en 1977: empezó a actuar como Johnny Rotten.

-Cambió sutilmente -recuerda el baterista Richard Nother (alias Dudanski)-. Se volvió más beligerante y no me gustó mucho. Hacía como un gruñido, y esa no era su pose natural. Pero eso era puramente cuando actuaba. No se filtró a su vida social con los 101’ers.

Otro signo de la intranquilidad de Joe, era una postura más dura con respecto a su nombre nuevo. Ahora estaba estrictamente prohibido decirle Woody. Jiving Al Jones, un amigo que no veía a Joe desde Newport, cayó a un reci un par de semanas después, en el Red Cow de Hammersmith.

-Me sentí un poquito incómodo con él -dice-. Sentí que había cambiado bastante de personalidad. Contestaba “No me digás Woody, me llamo Joe”. Eso me pareció un poco raro. Cuando lo vi tocar, me voló la cabeza totalmente. Era alguien totalmente distinto a la persona que conocía yo. Estaba mucho más feliz y se entusiasmaba mucho más. Algo había cambiado. Había descubierto algo. Parecía alguien que había descubierto algo en su vida.

En el público del Red Cow esa noche, estaban los Clash nacientes: Mick, Paul y el guitarrista Keith Levene. Habían ido a ver si Joe Strummer podía ser o no, después de todo, el cantante que andaban buscando.

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Imagen principal: Joe Strummer y Dan Kelleher de los 101’ers, en el Nashville, 23 de abril de 1976. Foto de Joe Stevens.

Esta historia continuará

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