El despido de Topper Headon

“Perdí contacto con la banda, con la realidad y con el planeta”, explicó el baterista, años después.

Texto de Pat Gilbert y Chris Salewicz – Traducción, compaginación y aclaraciones: Lepo.

/// Armar este informe llevó varias horas. Si te gusta el material que te brinda PlanetaClash, hacé tu aporte acá http://cafecito.app/planetaclash . Desde España y otros países http://buymeacoffee.com/planetaclash ///

Se habló mucho de que Lochem era “la última oportunidad de Topper”, pero tanto el relaciones públicas Kosmo Vinyl como Topper, afirman terminantemente que ninguna de las partes interpretó esa presentación de esa manera. Parece que apenas terminó el reci, simplemente hubo un entendimiento colectivo de que los Clash no podían continuar con un baterista heroinómano. El comportamiento de Topper en Lochem convenció al grupo de que no estaba en condiciones de tocar en la siguiente gira por EE.UU.

-Fue difícil -explica Kosmo-. Pero ¿qué podíamos hacer? ¿Ser una banda que no saliera de gira? ¿O solamente usar a Topper en el estudio? Pensamos todas esas opciones, pero se volvía absurdo. Hay que entender que los Clash eran una “banda”, con todas las letras.

-Pensamos en todo -dice Mick-. Yo no quería que Topper se fuera del grupo, pero había que hacer algo.

-Cuando volvimos a Londres, yo dije “Bueno, me voy, nos vemos más tarde” -contó el baterista-. Ellos dijeron “No, nos vamos a reunir”. Yo dije “Bueno, a la mañana cuéntenme qué pasó”. Pero me dijeron que yo tenía que ir a la reunión.

Los cuatro integrantes del grupo y Bernie Rhodes se juntaron en el living del depto subterráneo de Paul Simonon, en Oxford Gardens, Londres. Como de costumbre, Joe Strummer apretó el gatillo:

-Estás despedido -le dijo a Topper Headon.

-Mick lloraba -dijo Topper-. Yo también, pero Paul estaba del lado Joe. La decisión estaba tomada. Y se acabó.

El hecho de estar sentados en el depto sucio de Paul una noche lluviosa de viernes [21 de mayo de 1982], hizo que todo fuera más deprimente, cruel y humano.

-Yo estaba en un estado tremendo -admite Topper-. Me podrían haber mandado una carta por correo certificado, diciéndome que yo era un lastre, y no me hubiera enterado. Cuando estás puesto con heroína, no te respetás a vos mismo ni a los demás. Perdí contacto con la banda, con la realidad y con el planeta. La primera vez que supe que estaba siendo descuidado, fue cuando ellos se reunieron y Joe me dijo “Estás despedido”. Mis palabras exactas fueron “¡Me estás jodiendo!”. Yo no estaba ni enterado. Pero estaban en todo su derecho, porque yo había perdido el rumbo y me costó mucho tiempo retomarlo.

Según Topper, la banda le explicó que, lejos de estar despedido, estaba “suspendido” de mala gana. Si estaba lo suficientemente bien cuando terminaran la gira por Estados Unidos y el Reino Unido, volvía.

Cuando Topper preguntó quién lo iba a reemplazar en la gira estadounidense, le anunciaron que tenían a un reemplazante a la espera. No era otro que Terry Chimes, alias “Tory Crimes”, el baterista original de los Clash. Empezaba a parecer una telenovela rockera extraordinaria.

-Era obvio que Joe no era solamente un vocero -dijo Topper-. Obviamente era el que había tomado la decisión. Y por eso, más adelante, dijo que fue su mayor error.

-Yo no hubiera echado a nadie -dijo Mick.

Topper trató de zafar. Se fue del depto de Paul y dio la vuelta a la cuadra, aturdido. Entonces tuvo una idea y volvió.

-Escuchen: ¿por qué no voy de gira? Lleven a Terry Chimes con nosotros. Yo no cobro. Puedo tocar y si ustedes o alguien sospecha que me drogo, me pueden echar y mandarme a mi casa.

-Joe casi se quebró -contó Topper en 2009-. Más adelante contó que casi dijo “Sí, bien”. Pero Bernie dijo “¡No, no!”.

Los otros integrantes sugirieron no anunciar formalmente el despido de Topper Headon: iban a sacar un anuncio de que estaba sufriendo “agotamiento nervioso” y que Terry Chimes lo estaba reemplazando.

-Dijeron “no te vamos a echar. Si te mejorás cuando volvamos, entonces volvés a la banda”. Me fui y una vez que los Clash no estuvieron en mi vida, me di cuenta de lo importantes que eran para mí. Así que me empecé a limpiar.

Pero poco después, Topper quedó devastado por una entrevista que leyó, en la cual Joe decía que Headon había sido despedido del grupo por falopero. Según el baterista, esto también causó que cayera en el consumo de drogas intravenosas.

-La leí y estaba en Londres. La gente me miraba y pensaba “ahí va Topper. Lo acaban de echar”. Hasta ese momento yo no me había inyectado nunca drogas, pero entonces pensé “Bueno. Se acabó. Estoy fuera del grupo. No tengo más razones para vivir. También me puedo empezar a inyectar”. Me clavaba agujas en el brazo. No lo había hecho nunca -dice, explicando que su despido se volvió una justificación-. Solamente un falopero puede pensar “Ya vas a ver, me voy a hacer mierda más que antes”. Desde ahí, fui cuesta abajo. No creo que Joe lo hubiera podido manejar de una manera muy distinta. Pero no lo culpo. Joe no me hubiera echado si yo no hubiera sido un heroinómano delirante, que rompía cuartos de hotel, vomitaba y llegaba tarde a ensayar. Admito que perdí el rumbo, pero creo que eso le pasó a todos. Estaban todos hechos mierda, por drogas o alcohol. Joe cantaba letras contra las drogas y detrás de él, yo me estaba quedando inconsciente en la batería.

Gaby Salter, pareja de Joe, dice que el cantante estaba obstinadamente en contra del consumo de cocaína. Pero Topper dice bastante claro que de vez en cuando Joe aspiraba una o dos rayas de la provisión de merca del baterista, principalmente como combustible para seguir andando.

-Me decían que estaba mal que consumiera heroína y cocaína -dijo Topper- pero ellos consumían cocaína, tomaban mucho alcohol, fumaban cantidades infernales de faso, así que era un mensaje un poco contradictorio. Por su naturaleza, la heroína te aísla, así que nunca me la vi venir. Era una locura. Estábamos todos hechos polvo por trabajar sin parar. Mucha gente que rodeaba a la banda, consumía. Joe era antidrogas, pero consumía. Joe sabía que se había equivocado. Todos cometemos errores. Después lo arreglamos. Yo la cagué, Joe la cagó, todos la cagamos. Ese fue el precio que pagamos por hacer esos grandes discos.

Gran parte de la decisión de sacar a Topper del grupo y de esa manera romper un cuarteto clásico, parecía venir del hombre que Joe había vuelto a traer para salvar a los Clash, unos 17 meses antes.

Bernie Rhodes

En 1999, Joe le contó a Gavin Martin:

-Bernie dijo: “Es un falopero. Se tiene que ir”. La ignorancia estaba a la orden del día. No sabíamos nada sobre la heroína.

En enero de 1988, Joe habló con Richard Cromelin de Los Angeles Times, que le preguntó si Topper Headon podría haber continuado en el grupo.

-Sí, considerando lo que pasó justo después de eso, cuando todos los desgraciados que conocía en Londres se picaban. Creo que sí. Pero éramos ignorantes. Era onda “jo jo jo, la gran heroína”. Yo no sabía nada. Solamente después de que echáramos a Topper, mis amigos empezaron a caer como moscas. Ahora la mayoría de mis amigos de Londres están en Narcóticos Anónimos. Ni siquiera pueden tomar una copa de vino. Solamente cigarrillos y café. Para siempre.

“Nunca me gustó la heroína -añadió-. Nunca la probé siquiera. Tal vez la fumé una vez en Países Bajos. Me acuerdo que el chabón dijo [imita el acento holandés] ‘el próximo faso tiene heroína’. Hice una seca para probar: la mantuve en la boca. Y esa fue la única vez en la vida que estuve muy cerca de la heroína”.

Topper Headon, posiblemente el mejor baterista de su época, ya no estaba en los Clash. Su partida fue el final de la formación clásica: Strummer-Jones-Simonon-Headon, que había soportado cinco años y 14 lados de vinilo.

Topper trató de armar un grupo con Rob Stoner (el bajista de Robert Gordon), y el cantante negro Busta Cherry Jones [Gang of Four], pero terminó en la nada. Durante los años siguientes, empeoraría la adicción de Topper a la heroína. Nunca volvió a tocar con los Clash.

Naturalmente, con su despido, los Clash lo acusaron en la prensa casi como lo habían hecho con su predecesor, Terry Chimes, allá por 1976. El comunicado de prensa identificaba la causa de la separación como “diferencia de opiniones sobre la orientación política de la banda”. La conclusión era que Topper no era lo suficientemente rebelde para estar en los Clash. Tal vez eso era más amable que la verdad, que surgió rápidamente y le dio sentido a su partida repentina, para un público perplejo pero no del todo desprevenido.

Hacía solamente una semana que había salido Combat Rock, y en la sede central de los Clash había pánico. El grupo tenía solamente una semana para ensayar para la pata estadounidense de la gira, cuyo inicio estaba programado para el 29 de mayo, en el Salón de Convenciones de Asbury Park, New Jersey. Paul ya se había ido en avión a Estados Unidos.

@ @ @ @ @ @ @ @

Esta historia continuará

Leave a comment