Fútbol: los Clash contra Noruega

Dos admiradores nórdicos de la banda inglesa lograron que un diario los enviara como corresponsales a Londrespero terminaron jugando a la pelota con sus ídolos en los descansos de los ensayos para grabar London Calling.

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CONTEXTO

Texto de Marcus Gray

Una pausa recreativa de los ensayos de los Clash para maquetear London Calling, empezó por accidente y se convirtió en ritual. Y a la larga hizo un aporte importante al humor de las sesiones.

Una tarde, temprano, el plomo Barry “Baker” Auguste sacó una pelota de fútbol de la trafic de la banda y empezó a patearla contra la pared del patio de la sala Vanilla. Su jefe Johnny Green se sumó y después el bajista Paul Simonon, cuyo entusiasmo era mayor que su control. Con un patio lleno de autos caros para abollar, uno de los pintores se los prohibió y los mandó a la plaza infantil de calle Causton, que quedaba cruzando en diagonal al frente. Tenía una implacable superficie de asfalto, un alambrado alto que evitaba que las pelotas se escaparan y rompieran las ventanas y un portón sin trabar.

El siguiente par de días, los partidos de fútbol se volvieron un acontecimiento habitual. Se sumaron todos los otros integrantes de la banda y, cuando se corrió la voz, empezaron a aparecer de vez en cuando amigos como Robin Crocker, el actor de Rude Boy Terry McQuade, el musicalizador Barry Myers y el editor de la revista ZigZag, Kris Needs.

No eran picaditos amables en los que se tomaban recaudos para no esguinzarse las muñecas y los dedos que se usaban para armar acordes, tocar cuerdas o empuñar baquetas. Eran rápidos, furiosos y altamente físicos. Participaba con toda el alma hasta el baterista Topper Headon, cuya lesión como futbolista juvenil lo había dejado postrado por medio año y que necesitaba que le funcionaran a full las cuatro extremidades para tocar su instrumento.

Después de los partidos había una visita tempranera al pub. Pero se ponían de acuerdo en la cantidad de tragos y sin importar cuán disfrutable estuviera la fiesta o cuán severos fueran sus dolores, raspaduras, chichones o moretones, la banda dejaba a los demás en el pub y se volvía a Vanilla un par de horas más.

No habrá sido “jogo bonito” la manera en que jugaban los Clash, pero era divertida y era una descarga necesaria. Los cuatro integrantes de la banda y Johnny, más adelante coincidieron en que esos partidos de fútbol eran un símbolo; una sensación creciente de autoconfianza, cariño y apoyo mutuo.

INTENTANDO HABLAR CON LOS CLASH

Texto de Sverre Knutsen alias Freddi Fiord para el diario noruego Gateavisa; mediados de 1979 – Traducción: Lepo

Sabíamos que los Clash no iban a ser entrevistados. Sabíamos que estaban confundidos y enojados por todos los punks truchos que dijeron que los Clash se consolidaron y se aburguesaron. Que se están poniendo viejos y quieren ser algo más que unas estrellas efímeras. Que no le contaron esto a la gente de los diarios, porque nunca reconocen lo que dicen cuando sale en papel.

Pero también sabíamos que en caliente, le habíamos prometido a un chabón de Gateavisa una entrevista con los Clash y un recital de ellos para Gateavisa, a cambio de que él mandara plata a Londres.

Así que tomé prestado un grabador a casete como los de los periodistas en las películas, y Chris le sacó brillo al lente de la cámara de su abuelo.

Había dos salas de ensayo en la casa donde ensayaban: Iggy Pop en el primer piso, y los Clash en el segundo*. Yo tenía un “No satisfactorio” en Inglés y deseaba volver a la calle Karl Johans [la calle principal de Oslo, Noruega].

[*Nota del traductor: acá el autor miente, porque los Clash estaban ensayando en la sala Vanilla del barrio londinense de Pimlico y en ninguna de las fuentes confiables se cuenta que en otra sala haya estado Iggy Pop]

Sala Vanilla

Estaban ensayando canciones nuevas. Cuando llegamos, faltaban solamente dos semanas para que empezaran a grabar un disco rápido, distinto al anterior, que había llevado un buen tiempo antes de salir; un poco tranquilo. Dejaron sus guitarras y miraron con el ceño fruncido a los extranjeros que había en la sala. Yo lloriqueé y pensé una pregunta reglamentaria ingeniosa sobre música. Pero entonces, Mick Jones preguntó si queríamos jugar al fútbol.

Yo armé equipo con Mick Jones, Joe Strummer y dos plomos. Chris se juntó con Topper Headon, Paul Simonon y dos amigos de la banda.

Definitivamente, nosotros arrancamos más fuertes. Joe Strummer es un delantero excelente, con gambetas rápidas y tiros precisos. Pero después de cuatro corridas, se tiene que arrastrar hasta el arco, agitado. Ahora Mick Jones empieza a jugar más a la ofensiva, pero es lento para bajar a defender. Esto significa que Topper ahora está totalmente concentrado. Hay que nombrarlo “mejor jugador de la banda”. Chiquito y rápido, y con las mejores condiciones. El partido se da vuelta a favor de ellos y hacia el final, Paul Simonon mete unos tiros excelentes desde lejos, y define el partido: 15-14. El primero que llegaba a 15 ganaba.

Después, vamos al pub y tomamos un par de cervezas, sin hablar de nada en especial. Pero cuando trato de nuevo de hacer una pregunta sobre la banda, justo era la hora de volver a ensayar. Nos preguntan si queremos volver al otro día.

-¿A entrevistarlos? -trato de preguntar, con los músculos acalambrados por la diferencia física.

-No, a jugar al fútbol, por supuesto -dice Joe Strummer, un poco sorprendido por mi pregunta absurda.

El diario noruego con la crónica del partido. Foto de arriba: “Sverre Knutsen (atrás), en un intento vano por agarrar y entrevistar a Topper Headon”.

Al otro día, ambos tenemos algunos problemas para caminar con las piernas rígidas, pero la luchamos.

Allá en la sala de ensayo, deambula un rasta bien vestido, hablando constantemente en un idioma incomprensible. Se presenta como Doctor Alimantado, y supuestamente es muy famoso. Pero era un defensor pésimo. Traté de congeniar con él, pero se la pasó tirando mensajes en ese idioma raro. Fue un partido cansador, y cuando Joe Strummer se lastimó el hombro, con el resultado 5-3, abandonamos y nos fuimos a la sala de ensayo.

Ahora probé otra técnica: dije que en realidad habíamos venido a intentar armar un recital con ellos en Oslo. Hablamos un poco de que debíamos intentar armar el movimiento Rock Contra el Racismo en Noruega, y que un recital de los Clash seguramente sería un buen arranque. Ahora por fin están empezando a hablar un poco más y están bastante entusiasmados con la idea. Dicen que pueden tocar gratis, llegado el caso. Pero primero hay que terminar el disco y después hay una gira por Estados Unidos y después una por Inglaterra. Pero estarían contentos de ir cuando tengan tiempo.

Está bien. Pero cuando trato de hacer algunas preguntas tipo entrevista, tienen que ensayar de nuevo. Así que nunca va a haber entrevista. Espero que Gateavisa acepte esto, por mil coronas [550 dólares actuales] y unos putos calambres.

Freddi Fiord

Ficha:

Clash y Amigos vs. Clash y Amigos

Resultado: 15-14

Mejor jugador del partido: Topper Headon (baterista)

Peor jugador del partido: Paul Simonon (bajo)

Periodistas: Sverre Knutsen (rebautizado “Freddi Fiord” por Joe Strummer); Chris Erichsen (fotógrafo).

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Notas del traductor:

  1. los dos noruegos eran integrantes de la banda Aller Værste [los Peores de Todos], que tuvo mucho éxito en su país. Informó: Trond Borge.
  2. Finalmente los Clash tocaron en Oslo el 21 de mayo de 1980.

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