Mick Jones: “hay dos tipos de punks: los destructivos y los creativos”

El guitarrista de los Clash y líder de Big Audio Dynamite habla de sus ídolos, su sociedad con Joe Strummer y de por qué se vino todo abajo.

Por Alex Pappademas para gq.com – 2 de noviembre de 2011. Traducción: Lepo.

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Durante el solo de guitarra del single de 1977 “Complete control” de los Clash, un estallido glorioso de flasheo antipunk en medio de una de las canciones más punks de todos los tiempos, Joe Strummer grita “¡Sos mi héroe de la guitarra!”. Se lo grita a Mick Jones.

Es simplista decir que Strummer le dio a los Clash su consciencia, mientras que Jones aportó lo pegadizo. Pero si escuchás en la radio una canción de los Clash que no sea “Rock the Casbah”, hay chances de que sea un tema de Mick. Así que pensalo así: Strummer era hijo de un diplomático y se crió con un confort relativo, pero soñaba con ser Woody Guthrie, mientras que Jones se crió en deptos municipales y anhelaba ser estrella de rock. Y los Clash surgieron cuando la furia de Strummer se encontró con la ambición de Jones.

-Estábamos decididos a que no nos ataran -dice Jones-. Queríamos ser expansivos, en vez de encogernos.

Dibujo de Ray Lowry

Después de que Strummer lo despidiera en 1983, se la pasó corriendo los límites del punk con Big Audio Dynamite [BAD], recibiendo con los brazos abiertos al hip-hop y la música bailable, produciendo dos discos delicados y libertinos para los Libertines [juego de palabras intencional del traductor], y tocando en el proyecto pop-gráfico posmoderno Gorillaz, de Damon Albarn, junto al bajista original de los Clash, Paul Simonon. ¿Cuál fue su mejor obra?

-Todavía no la hice.

-Estoy en una posición rara, porque escuché tu segunda banda, BAD, antes que a los Clash. Me acuerdo de que mi papá trajo a casa una copia del disco Megatop Phoenix y me dijo “Estos son unos chabones que echaron de los Clash por ser demasiado revoltosos”. Yo ni siquiera sabía quiénes eran los Clash, pero entendí que si te echaban por ser demasiado revoltoso de algo que se llamaba The Clash [El Choque], probablemente eras copado.

-Bueno, qué grande. En realidad ése fue uno de los atractivos de nuestra reunión: la gente que nos vio la primera vez pudo traer sus pibes al show y decir “Mirá, ¡te dije que estaba bueno!”. Somos un ejemplo de cosas por las que los padres pueden estar orgullosos. Creo que va en ambos sentidos, porque cuando yo me metí a la música, averiguaba todo sobre los grupos, artistas, instrumentos y gente que me gustaba. Así que eso es como volver atrás. Pero también, al mismo tiempo, uno hace lo suyo por avanzar. Es una línea que va para los dos lados.

-Especialmente ahora. Es más fácil que nunca conseguir material de cualquier época. Creo que la mitad de las veces la gente ni siquiera sabe de dónde viene algo.

-Correcto. Cuando yo entré, me copaban los cinco grandes: los Beatles, los Stones, los Who, los Kinks y los Faces o Small Faces. Estudié todo lo que tenía que ver con ellos. Quería saber todo. Ellos me decían cómo podía vivir mi vida. Era una gran inspiración.

Mick a los 17.

-¿Qué dirías que te enseñó para vivir una banda como los Rolling Stones?

-Bueno, me dieron ideas sobre el estilo y esas cosas. Tengo que decir que Keith Richards es mi mayor ídolo de esos cinco. Simplemente lo adoro. Pero todas esas bandas nos enseñaron muchísimo. Que podías ser vos mismo, ¿entendés? Y también pensar vos mismo. Y después nosotros lo llevamos un poco más allá. Porque con las bandas anteriores, había una barrera entre el público y la banda. De alguna manera logramos derribarla y decir “Vos podés. Hacelo vos mismo”. La ética de la autogestión.

-¿Ustedes eran conscientes en esa época, de tratar de emitir ese mensaje o de tumbar esa barrera?

-¡No! No creo que fuéramos conscientes de nada, honestamente. Simplemente éramos re instintivos con lo que hacíamos; no éramos conscientes. Realmente lo único que queríamos hacer era tocar un par de veces y reírnos. Cosas que nos gustaban. El resto vino con eso; de la nada. La verdad que simplemente fue el destino. Pero ése era solamente yo. Otra gente puede haber tenido planes más grandes.

-Pero al vivir en Inglaterra en 1976 y tocar en una banda punk, ¿sentías que eras parte de un levantamiento, en aquel entonces?

-Cuando vimos por primera vez a los Sex Pistols, pareció algo increíble. Sabías que nada de lo anterior era así. Fue onda “éste es el futuro”. Fue como ver el futuro. Sí, había una sensación de arrancar de cero. Sabías que era algo increíble que no había pasado antes. Simplemente una novedad que llegaba y era increíble, especialmente si considerás cómo era aquella época, especialmente acá. La televisión se cortaba a las 11 ó 12 en punto y después ponían el himno nacional. La idea era que todos se fueran a dormir a esa hora y después se levantaran a trabajar.

1976.

Cuando pasó eso de “empezar de cero”, ¿sentiste que te tenían que dejar de gustar las bandas viejas que te gustaban?

-Sí, había un poco de eso de jugar al revisionismo estalinista. Pero es imposible ignorar la primera influencia.

-Bueno, eso siempre pasó con los Clash: siempre se podía escuchar que se filtraba por ahí la historia del rock.

-Era la música que nos gustaba. Tocábamos música que nos gustaba y además estábamos decididos a que no nos ataran con lo que hacíamos. Queríamos ser expansivos, en vez de encogernos.

Suenan sirenas en el teléfono de Jones.

-¡Está la policía a tus espaldas!

-Sí, estoy en la calle, en el medio del West End. ¡Me vienen a agarrar! ¡Estuvo lindo hablar con vos, Alex!

-En los primeros tiempos, ¿hablaban mucho sobre la postura de la banda? ¿O era más una cosa tácita, que todos sabían que estaban ahí por la misma razón?

-Bueno, a todos nos gustaba la misma música. Eso era todo. Honestamente, ésa era la verdad, pero todos parecíamos estar especializados en cosas distintas. Yo estaba re metido con las bandas de glam rock; Paul con el reggae; Joe con cosas como Woody Guthrie y Dylan. Así que fue simplemente uno de esos golpes de suerte. Y después lo tuvimos a Topper; el baterista más fantástico. Todo pareció encajar perfectamente. Pero muchas veces pensé cómo se dio eso, y creo que fue simplemente una de esas cosas que se dan por algo, ¿viste? Podemos esforzarnos por planearlo, pero no creo que se pueda. Simplemente creo que es una de esas cosas naturales. Y creo que nos destacamos y entonces la gente todavía se siente identificada. Por eso es como que se le tiene tanto aprecio.

Los Clash en 1979. Foto de Pennie Smith.

-¿Cómo era la sociedad con Strummer cuando empezaron a componer juntos?

-En muchos sentidos éramos opuestos. Yo tocaba con mucha precisión y Joe tocaba muy relajadamente. Cantaba medio busco; yo cantaba dulcemente. Y aparte yo salí de los deptos municipales y él de una familia relativamente pudiente: era hijo de un diplomático modesto. Así que éramos opuestos en muchos sentidos y creo que eso lo hizo muy interesante y fructífero. Fue una de esas grandes sociedades musicales. Él era un letrista fantástico. De hecho, cuando yo leía las letras antes de ponerle la música, muchas veces ya la insinuaban sin que esté, ¿viste? Las palabras tenían swing.

-Y a veces él escribía cosas para que cantaras vos, ¿cierto?

-“Lost in the supermarket”. En realidad la escribió Joe para que la cantara yo. Así se imaginó mi vida de chico o algo así. No todos los detalles. Yo no vivía en las afueras. Pero algunos estaban bastante acertados.

Más sirenas.

-Mejor tené cuidado. Debés tener alguna orden judicial sin resolver, o algo así.

-Uh, loco. Acá está áspero. Fue un año increíble, lleno de actividad. Estuve de viaje, tocando. Durante los disturbios de la semana pasada, yo estaba a miles de kilómetros, en EE.UU. Apenas si me llegó alguna noticia, fuera de la histeria. De todas formas fue increíble ver eso.

Nota del traductor: El 6 de agosto de 2011 se iniciaron una serie de desórdenes públicos y saqueos en el barrio londinense de Tottenham, tras el asesinato de un muchacho de 29 años de raza negra, en manos de la policía.

-Me parece que “London’s burning” se aferró a la cabeza de todos cuando llegaron las noticias de los disturbios. Siendo testigo de primera mano de la época punk, ¿te parece que esto de alguna manera surge de un lugar similar?

-Honestamente, no lo puedo decir con seguridad, porque yo no estuve durante los disturbios. Pero honestamente, a mí me pareció que era un montón de gente robando zapatillas. No pareció que se tratara de nada más que eso. Puedo estar equivocado. Sé cuál fue el inicio original de eso. Están tratando de clausurar la comunidad y las bibliotecas. Cosas así. Y eso es terrible. Pero no vayás simplemente a robar a Foot Locker [una tienda multinacional de calzado deportivo]. No se trata de las zapatillas. Yo no diría que fue una protesta. Solamente fue un disturbio o un caos. Gente descontenta, nerviosa y aterrorizada.

-Los Clash nunca fueron anarquistas.

-Anarquistas de romper cosas, no. En absoluto. Tratábamos de crear algo mejor para todos. Creo que hay dos tipos de punks: los destructivos y los creativos.

-La banda al final estaba al borde del verdadero éxito comercial… y te echaron. Y básicamente colapsaron poco después.

-Los grupos se separan. Así son los grupos. Especialmente después de un tiempo. Especialmente cuando pasan demasiado tiempo juntos: simplemente se hartan mutuamente. No tuvimos vacaciones para bajar el ritmo. Simplemente era un tren rápido. Y mientras más grandes nos volvíamos, más incómodos nos sentíamos con todo eso.

-¿Con qué estabas incómodo? Sentías que había algo de hipocresía si los Clash se volvían una banda de rock exitosa?

-Sé que sobre todo para Joe era particularmente difícil. Yo diría que me sentía levemente mejor que Joe, porque eso era lo que yo había soñado. Yo estaba bastante bien. Entendía las preocupaciones de Joe, especialmente en cuanto a lo que decía nuestro material. Pero me parecía interesante en el sentido de ver hasta dónde podíamos llegar, ¿no?

-Así que la idea de que una banda como los Clash se volviera grande… era interesante para vos.

-Bueno, es una contradicción. Obviamente querés ser la banda más importante del mundo. Todas las bandas quieren eso. Pero querés mantener tu integridad y credibilidad, y hacerlo a tu manera. Y eso es muy difícil. Te mentiría si dijera que no queríamos ser el mejor grupo o que no lo intentábamos. Sí lo intentábamos. Pero obviamente, con eso viene la plata y el éxito; y no éramos muy expertos. Éramos bastante ingenuos para esas cosas. Éramos abiertos y vulnerables. Y entonces quedamos bajo una presión inmensa, y al final no la pudimos manejar más. Ni siquiera nos hablábamos entre nosotros, creo, porque era demasiado inmensa. Costó años superarla.

Los Clash en 1983.

-¿Así que básicamente pasó eso? Escuché distintas explicaciones con el paso de los años, de por qué te echaron.

-Bueno, estoy seguro de que todos tienen su propia explicación. Pero la mía es que nos fuimos distanciando y ya no era divertido para nadie.

-Su relación se había deteriorado.

-Sí, hasta el punto en que la verdad que de todas formas ya no nos veíamos mucho. Nos volvimos a amigar poco después, pero en ese tramo, no.

-Strummer fue y te pidió disculpas no mucho después de tu despido, ¿cierto?

-Sí, más o menos. La verdad que no, pero sí.

-¿No pidió disculpas?

-Bueno, en cierta manera sí. No se disculpó. No fue tan así.

Bueno, lo que sí dijo fue que despedirte fue el mayor error de su vida.

-No le gustaba mucho el primer disco de BAD. No sé si eso fue una disculpa o qué.

-Pero nunca lograron rearmar los Clash.

-Cada vez que tratábamos de rearmarlo, no era el momento adecuado para uno u otro de nosotros, así que nunca lo hicimos. En cierta manera, eso también se dio así por algo. Todos nos siguen queriendo probablemente porque no lo arruinamos reuniéndonos. No volvimos con imperfecciones y dando asco.

-Aquellos primeros discos de BAD estaban muy adelantados a su época. Me parece que arrancaban desde los experimentos bailables y hip-hoperos que dejó Sandinista!, el cuarto disco de los Clash, y el que más saltaba de género en género.

-Bastante. Y había mucho material nuevo que yo quería incluir también. Al final de los Clash, toda esa cosa bailable y hip-hop, recién estaba arrancando. Y definitivamente yo quería ir por ese rumbo. Y un par de años después, Joe también lo vio y se copó con eso. Es que simplemente en aquella época, él quería un tipo de cosa y yo quería otra cosa; supongo.

Joe con Big Audio Dynamite en 1986.

-¿Entonces vos eras el que metía el hip-hop en la época de Sandinista!?

-Algo así. Se burlaban un poco de mí por eso, pero sí. Siempre me re interesó toda la música y trataba de incluirla; no robarla, sino simplemente hacerla parte de lo que estaba haciendo.

-Siempre tratás de pensar en lo que se viene.

-Sí, estoy en la esquina con una de esas armas que se doblan, como las que tenían los alemanes en la Segunda Guerra Mundial. Honestamente creo que lo mejor que voy a hacer está a la vuelta de la esquina. Siempre miro al futuro. No me gusta hablar mucho del pasado, aunque sé que he hablado de eso. Honestamente creo que a lo mejor todavía no lo hice. Estoy ansioso por eso.

-¿Eso es lo que te mantiene entusiasmado? ¿La sensación de que lo mejor que vas a hacer todavía está por venir?

-Eso estimo. Bueno, de todas formas lo voy a hacer. Es lo que siempre quise: no tener un trabajo serio. Soy el chabón con más suerte del mundo.

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