Por qué no se publicó el primer disco de los Clash en Estados Unidos

Sin llegada al mayor mercado mundial, el futuro de la banda británica no parecía muy prometedor en 1977.

Texto: Lepo. Basado en textos de punkbeforepunk.wordpress.com, dangerousminds.net y otros.

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En 1977, un admirador del punk estaba molesto porque el primer (y, a esa altura, único) disco de los Clash no se había distribuido en Estados Unidos: Paul Dougherty le escribió a la discográfica Epic una carta para expresar su enfado.

Los dos sellos estadounidenses de la CBS (Epic y Columbia) se habían negado a publicar The Clash, declarando que el álbum británico original, a pesar de llegar al puesto 12 del ranking de ventas tras su lanzamiento del 8 de abril del ’77, era demasiado crudo y desprolijo como para merecer difusión radial en Estados Unidos. Sin llegada al mayor mercado mundial, el futuro de los Clash a largo plazo, no parecía muy prometedor.

Sorprendentemente, Epic le contestó a Paul, y la carta que recibió es un documento fascinante de un momento tumultuoso en la historia del rock.

Bruce Harris era el nombre del atento cazatalentos de Epic Records, y su carta es casi una mezcla perfecta de idolatría punk y cautela empresarial.

Lo fascinante de la carta de Harris a Dougherty, con fecha 29 de noviembre de 1977, es que demuestra un verdadero aprecio por el talento singular de los Clash, reconociendo al mismo tiempo las limitaciones que contenían a la banda: en primer lugar, el primer disco tenía una producción berreta en comparación a Never Mind the Bollocks de los Sex Pistols. No creo que nadie se quede enloquecido con la producción del disco: Allmusic le da una reseña de cinco estrellas y define como una ventaja a la “pobre calidad de sonido”. Robert Christgau dijo que el disco era su nuevo álbum británico favorito y al mismo tiempo mencionaba que aparentemente estaba “desafinado y notoriamente poco producido”.

Uno se arriesga a contradecir la experiencia de Harris al perjudicar el éxito esperable de las bandas en el mercado estadounidense, pero lo gracioso de su carta es cuán equivocado estaba. Daba un listado de bandas que le encantaban pero que no vendían en Estados Unidos (Blondie, The Clash, The Adverts y The Vibrators), con las que instantáneamente se hubiera convertido en el cazatalentos más importante de su época.

Los Clash en su último recital con Terry Chimes en 1977. El baterista grabó el primer disco y luego volvería en 1982.

Harris quería darle lugar a la nueva era del punk de la “mejor” manera, y eso, más su responsabilidad y prudencia por proteger los bienes de Epic, le causó que se perdiera una oportunidad. Después de todo, la poca o nula producción del primer disco de los Clash, es precisamente lo que le gustó tanto a Allmusic y Christgau, y actualmente compartimos esa perspectiva. Lo que nos resulta anticuado, es la preocupación de Harris por mantener bajo el “coeficiente de Fleetwood Mac” en el segundo disco de los Clash. Cuando Harris dice que defender una producción imperfecta por ser estéticamente válida es “una auténtica excusa”, ignora el impulso que estimuló a movidas musicales tan diversas como el grunge, el lo-fi, el hardcore y el crunk. Por supuesto que los Clash y los Vibrators, a largo plazo, ganaron la discusión. Eso no quita mágicamente los obstáculos que Harris hubiera tenido que enfrentar para vender a los Clash en Iowa, pero sí genera una paradoja bastante profunda.

Finalmente, The Clash se volvería el disco importado más vendido de la historia en Estados Unidos hasta ese momento, con más de 100 mil copias vendidas, antes de un lanzamiento modificado, en 1979. Pero el lanzamiento oficial estadounidense de Give ‘Em Enough Rope, fue el punto de referencia para que el amplio público estadounidense comprendiera al grupo. Así, Epic logró que los Clash la pegaran en EE.UU.

-En 1977, yo era extremadamente crítico con Epic Records por no haber publicado el primer disco de los Clash -explicó Paul Dougherty-. Hoy todos sabemos que el punk ganó, pero fue algo lento. Los poderosos de turno de 1977, como la Rolling Stone y las radios FM, ignoraban tozudamente al punk. 1977, en su mayor parte, no fue “el año del punk”. Así que en defensa de Bruce Harris, hay que decir que él quería una grabación producida y poderosa, que no pudiera ser descartada por ser “de garage” o “de baja fidelidad” y que no le quitara filo al debut de los Clash en EE.UU. En cierta forma, hoy esas etiquetas son medallas de honor, pero para los conservadores de 1977, eran la base del rechazo.

Esta es la carta:

Epic Records

Calle 52 Oeste, nº 51 – New York

29 de noviembre de 1977

Querido Paul:

Dejame contarte un poco sobre cómo se corta el bacalao.

Desgraciadamente, las decisiones del área de Artistas y Repertorio no se basan solamente en el gusto y las preferencias musicales. Aunque esto te resulte difícil de creer, personalmente soy un admirador entusiasta de los Clash. Pero mi responsabilidad no es publicar discos que me gusten, sino discos que sienta que le van a generar ganancias a la empresa. Podés despreciar esa forma de pensar por ser inmoral o lo que sea, pero yo consideraría inmoral aceptar que la CBS me pague sin cumplir esa obligación al máximo de mi capacidad. Sería fácil para mí sentarme y decir “me gustan los Clash, los Vibrators, los Adverts y Blondie”, pero eso no es ninguna destreza. Tu suposición de que publicar un disco de los Clash le cambiaría la cara al mercado musical, las radios FM y la prensa estadounidense, es falsa. Por mi experiencia en el negocio musical, me queda claro que el disco de los Clash fracasaría miserablemente.

Además, es importante notar que el disco de los Clash, con toda su calidad (evidente en sus letras arrolladoras, su música feroz y su interpretación ferviente), no tiene en absoluto un nivel de producción que esté a su altura; lo cual es un inconveniente enorme.

Las actuaciones de la banda en vivo son mucho mejores que lo que hay en el disco, y uno debe cuestionar la integridad artística al crear un disco con un sonido inferior. No es un criterio artístico válido decir que la producción es berreta intencionalmente “porque esto es la nueva ola y la música de la nueva ola no sigue las mismas reglas que otra música”. Eso es una auténtica excusa. Por ejemplo, el disco de los Sex Pistols, está producido adecuadamente, y como consecuencia, suena re potente y captura la energía de la banda. Creo que los Clash pueden hacer mejores discos que su primer álbum y esos son los que vamos a elegir para traer al mercado estadounidense.

Tengo un interés muy profundo en hacer que el punk la pegue en Estados Unidos, pero creo que solamente un producto de mayor calidad (como el disco de los Sex Pistols) puede lograr esa meta.

El fracaso no es responsabilidad de las empresas discográficas. Tus comentarios sobre las radios son correctos, pero si pensás un poco más, creo que vas a ver que son las radios las que bloquean el progreso, no los fabricantes de discos. Sire Records está publicando una serie de discos de la nueva ola y ninguno logró mucha difusión ni se vendió. Personalmente, espero que eso se deba parcialmente a la baja calidad de gran parte del producto. Por otro lado, como cualquier movida nueva, al punk le va a llevar un tiempo. Tal vez la pegue el segundo disco de los Talking Heads y tal vez los Dead Boys mejoren un poco en lo que hacen.

Yo creo que los Clash son mejores que todos los del rubro, excepto los Sex Pistols. Y tuve mucha participación como guía de la producción de su segundo disco. No quiero que suenen como Fleetwood Mac; quiero que suenen como lo que son: los Clash, no un grupo amateur.

Tu interés es maravilloso y aunque no estemos de acuerdo, la verdad que fue un placer escucharte levantar la voz de la calle y que me dijeras hacia dónde ir. Espero que el próximo disco de los Clash esté más correcto para nosotros y lo vamos a publicar acá. Mientras tanto, te va a poner contento saber que parece que Columbia Records va a publicar el disco de los Vibrators el año que viene; nuestro sello Blue Sky va a publicar el disco solista de David Johansen, y Epic va a publicar un disco de un grupo inglés nuevo que se llama Masterswitch.

Para que la nueva ola se vuelva algo permanente, tiene que salir al ruedo de la manera correcta.

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