1980: The Clash y The Cure compartían escenario en Francia

El gran festival de rock de Rettel, una comuna del este del país galo, arrancó muy bien, en las primeras horas de la tarde del sábado 14 de junio de 1980, pero terminó con destrozos.

Traducciones de Lepo basado en artículos de republicain-lorrain.fr y otros.

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El gran festival de rock de Rettel, una comuna francesa ubicada entre el bosque y el agua, al límite con Luxemburgo y Alemania, 355 kilómetros al este de París, arrancó muy bien, en las primeras horas de la tarde del sábado 14 de junio de 1980. Varios miles de personas habían visitado el predio de la empresa metalúrgica Usinor, al aire libre, en los márgenes del río Moselle, para asistir al mayor evento musical de la región.

Desde el final de la mañana, un flujo incesante de asistentes había cruzado la pequeña comuna, poco acostumbrada a semejante afluencia.

Era la 1:00 de la tarde y el festival organizado por el entrañable Jean-Marie Sanzey (fallecido en 2016), abrió sus puertas a los fans del punk y los pogos. ¡Se esperaban más de 20 mil! El escenario era enorme: 2,80 metros de alto, 35 de largo y 10 de ancho. Se instalaron tres generadores que desarrollaban 20.000 watts de potencia. Lo necesario para satisfacer a los artistas, algunos de los cuales ya estaban coqueteando con la fama: The Clash, The Cure y Roxy Music estaban en el juego y sus admiradores los esperaban con ansias. Fans entusiasmados y ya, en algunos casos, muy alcoholizados.

Rémi Schwenck, intendente de Rettel en 2020, confirma:

-En 1980 yo tenía 16. ¡Caramba, cuántos años! Me acuerdo de que ese mundo era una locura. Era un delirio casi inaccesible. El recital se llevó a cabo en la exbase de embarque del club de regatas CAP 250, creado en 1975 en Rettel. Había una multitud enorme. ¡La despensa de la villa debe haber vendido más cerveza ese día que en toda su historia!

Gérard era uno de los 20 mil asistentes al festival. Originario de Metzervisse (20 kilómetros al sur de Rettel), el joven de 24 años había ido a una buena cantidad de conciertos:

-Llegué al lugar antes del comienzo, al final de la mañana. Al principio iba todo bien. Me acuerdo de que el poster estaba bárbaro aunque los chabones de Headboys [un grupo power-pop escocés formado en 1977] no aparecieron. Fueron reemplazados por Fischer-Z.

Bajo un cielo radiante, el festival empezó con ese grupo británico y The Cure, que aportaron actuaciones excelentes. El lugar y el sistema de sonido estaban a la altura de ese evento ambicioso y bien organizado.

Pero en el transcurso de la tarde, la fiesta literalmente se aguó durante el paso de los metaleros londinenses Ufo, bajo una violenta lluvia. Entonces el festival se enfrió. Poca gente estaba equipada para la lluvia y muchos se fueron.

-Había barro por todas partes cuando llegó la noche -dice otro testimonio-. El escenario se había armado en un campo, rodeado totalmente por una valla metálica. Los Hell’s Angels de Alemania y Luxemburgo estaban a cargo del evento e iba a ser un verdadero problema con tantos punks en el público. Estallaron peleas toda la tarde y el campo cada tanto estaba cubierto por nubes de gas lacrimógeno.

La tensión aumentó frente al escenario, donde 100 locos se entusiasmaban cada vez más. Bajo la interminable lluvia, los Clash empezaron cerca de los 8:30 de la noche. Inmediatamente, 100 botellas y cascotes volaron hacia el escenario. Sin embargo el grupo continuó su show, al borde del peligro.

-Dios. Hasta el día de hoy creo que ese reci fue el mejor que vi en mi vida. Y créanme que vi bastantes. Strummer estaba en llamas. La banda estaba ajustada y enérgica. Un momento fantástico. Todavía me acuerdo de Joe al frente del escenario: una silueta oscura con transpiración que se evaporaba como humo de un incendio -comenta el espectador anónimo.

-Estalló una pelea en la primera fila durante The Clash y se suspendió el concierto -detalla Gérard-. ¡Eran punks, así que estaban un poco calientes!

Había gran tensión en el público, gran parte del cual no entendía del todo qué pasaba. Por otra parte, el grupo Roxy Music, que debía cerrar el festival, decidió cancelar su presentación, considerando que no se podía presentar en condiciones tan desfavorables. La fiesta se acabó. Derrapó.

-A la medianoche, ya estaba en mi casa -se lamenta Gérard.

Su esposa Geneviève, dice:

-Yo tenía 18 y ese día estaba trabajando. Había mucha gente y el problema es que no había estacionamiento. La gente estacionaba donde podía, en la calle de la villa. Al final del concierto suspendido, hubo destrozos. Mis padres encontraron la puerta de su garaje totalmente reventada. Hubo que reemplazarla. Hablamos de eso por mucho tiempo.

Unos días después, el diario Liberation reportó los incidentes ocurridos apenas entraron a escena los Clash. En un artículo con fecha del 20 de junio de 1980, el diario se hizo eco de las reacciones de los asistentes al festival:

Los grupos pasan sin hacer que el público se suelte. La tensión aumenta. Los Clash esperan su turno en su remolque. Joe Strummer cuelga su ropa en un reflector, cerca del río. El grupo sube al escenario. Llueve. Muy rápido: disturbios y confrontación. Después de dos temas, latas y cascotes empiezan a volar al escenario. La lluvia se intensifica y los proyectiles son más numerosos.

Se inicia una pelea en las primeras filas. Rompen los vallados. Las fuerzas del orden reaccionan con gases lacrimógenos.

Con un coraje poco visto, los Clash no se echan atrás y logran dar vuelta una situación de violencia descontrolada.

Mientras tanto, el grupo Roxy Music llega, y Brian Ferry se rehúsa a subir al escenario, citando razones de seguridad.

Las malas lenguas dicen que tenía miedo de que le tiraran barro en el traje blanco.

Entre los medios franceses, estaba France Inter. Bernard Lenoir, del programa Feedback, transmitió el concierto de los Clash. Mientras los proyectiles llegan al escenario, el grupo para en medio de “Train in vain” y escuchamos a Joe Strummer pidiéndole al público que se calme, mandándolo “a caminar”.

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