Caroline Coon, la “jefa” de los Clash

La periodista que acuñó el término “punk rock” en el Reino Unido, alguna vez fue manager de la banda londindense.

Texto de Lepo. Basado en escritos de Marcus Gray y Maria Elena Buszek.

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Artista, escritora y activista, Caroline Coon es una de las mujeres sobresalientes e “invisibilizadas” de su generación. Como muchas, fue catalizadora y testigo de algunos de los momentos más importantes del arte, la música y la política, pero su participación fue enmudecida y marginada. Por lo tanto, es fascinante que su reputación como figura fundacional en la llegada del punk a Londres, vuelva a aparecer rugiendo tras la reevaluación de la historia punk en sus casi 50 años.

Caroline Coon en 1978.

Mucho se habló de su periodismo innovador en la revista británica Melody Maker: nada menos que un experto como John Lydon, hasta el día de hoy le da el mérito de haber acuñado el término “punk rock” en el Reino Unido. Y alguna vez fue manager de los Clash.

Coon apareció por primera vez en público como parte de la contracultura de Londres de los ’60, previa al punk.

Hija mayor y única mujer en una familia de terratenientes de Kent [63 kilómetros al sudeste de Londres], según sus propias palabras fue “indeseada y sometida a abuso sexual y psicológico”. La enviaron a un internado a los cinco años [en 1950].

Dejó la casa familiar a los 16, fue desheredada, y se ganó la vida como modelo en Londres, hasta que la aceptaron en la Escuela Central de Arte.

Cuando todavía estudiaba, paralizada por la naturaleza muchas veces arbitraria y racista de las leyes antinarcóticos en Inglaterra, Coon fue cofundadora de la agencia de defensa legal Release [Liberación], que todavía funciona asistiendo a detenidos por drogas. La organización se hizo famosa en el mundo musical por auxiliar a gente del círculo de los Beatles y los Rolling Stones.

Los contactos contraculturales de Coon también la llevaron a sumarse a movidas por la liberación femenina, por los derechos civiles, por la libertad de expresión y contra la guerra.

Caroline Coon en 1970.

Sin el apoyo de Caroline Coon como periodista, es dudoso que el crecimiento de los Clash hubiera sido tan vertiginoso.

Debatir la relación de Caroline con la banda no es algo simple: muchos allegados tenían (y siguen teniendo) la impresión de que Caroline y Paul Simonon tuvieron una relación personal entre fines de 1976 y principios de 1977, y se refieren a Caroline como “la novia de Paul”.

Paul y Caroline se fueron de vacaciones a Rusia juntos en enero de 1978 y aparecen en poses que insinúan que eran pareja en una foto de Pennie Smith. También en una escena en un taxi en la película Rude Boy.

Muchos también tienen la impresión de que Paul compartió alojamiento con Caroline desde mediados de 1977 en adelante, en Chelsea y en Notting Hill.

Caroline admite que Paul sí la visitaba, pero insiste en que el domicilio de él en 1977 y 1978 fue la sala de ensayo de los Clash, Rehearsal Rehearsals:

-Desde que era adolescente viví mi vida según el feminismo independiente que prediqué. Nunca viví con un hombre ni con una mujer. Nunca viví con Paul ni él conmigo.

Además, en marzo de 1978 Coon se hizo cargo de la fianza de Paul Simonon y Topper Headon cuando estuvieron detenidos por sospechas de actividades terroristas al dispararle a unas palomas con un rifle en la terraza de la sala de ensayo.

Promotora no oficial de la carrera de los Clash desde que se formaron, a Caroline le pidieron que ocupara el cargo de manager a fines de ese año.

Coon comentó:

-Los Clash estaban discutiendo entre ellos, justo antes de su primera gira por Estados Unidos. Estaban muy descontentos, discutiendo porque el manager [Bernie Rhodes] le había dicho una cosa a un integrante y otra cosa a otro, y se llamaban por teléfono y decían “Vos dijiste tal cosa de mí”. Paul vino y me dijo que la gira por EE.UU. se iba a tener que suspender, porque la banda se iba a separar. Esto era una tragedia total. No era necesario. Era mejor cambiar de manager que separarse. Así que le dije a Paul: “Si Bernie tiene un colapso nervioso y no lo puede superar, y prefiere separar la banda que admitirlo, entonces que se retire un tiempo”. Bernie es un personaje complejo que armó esta gran banda, pero no podía seguir -dice Caroline-. Explota, es incoherente e irritable. Podés ser alguien con ideas, pero la banda seguía necesitando “x” cantidad de toneladas de equipamientos electrónicos; necesitaba que le organizaran fechas. En 1978, los Clash querían tocar, así que si no tenían quién los llevara a tocar, los subiera al avión, les hiciera los carnets y las pelotudeces de la aduana, ¿la banda se iba a quedar sentada en su casa?

Ella aceptó.

*

En Rude Boy, vemos una secuencia de los Clash tocando “I fought the law” vestidos mayormente de negro. Tras adoptar estilos individuales durante gran parte de 1978, habían empezado a vestirse parecidos de nuevo, como en la etapa punk de 1976 a 1977, pero ahora la ropa y el pelo eran más rockeros que punk. Tanto el director de la película, David Mingay, como el jefe del personal técnico de los Clash, Johnny Green, le atribuyen ese estilo nuevo a la nueva manager:

-Ella se comportaba como una jefa; les decía lo que tenían que hacer -dice David.

-A ellos les gustaba la manera en que ella les cuidaba la imagen -dice Johnny.

-Lo que se ponían los Clash siempre fue idea absoluta de los Clash -responde Caroline.

El 30 de enero de 1979 los Clash se tomaron un vuelo a Canadá para arrancar su primera gira por Norteamérica. Caroline tuvo que rogarle al sello estadounidense Epic 30.000 dólares [más de 100.000 actuales] para que la gira se pudiera llevar adelante. Epic aceptó a regañadientes después de que ella invirtiera 3.000 libras [más de 20.000 dólares actuales] de sus propios ahorros para armar las fechas.

Los Clash comenzando su primera gira por Estados Unidos. Febrero de 1979.

La motivación de Caroline para involucrarse profesionalmente con los Clash, no es tan clara. A ella le intrigaba su postura política, pero su material y su comportamiento cotidiano no pasaba el escrutinio del feminismo más extremo. Eran una banda bastante típica de rock de fines de los ’70. Incluso la banda la desalentaba a usar el término “manager”.

-Joe estaba preocupado de que tener una manager mujer fuera considerado marica, así que yo, en broma, a veces me llamaba la “no-manager” de los Clash.

Caroline insiste en que ella tenía su propio trabajo y que ni ella ni la banda veía ese cargo a largo plazo, sino más como un rol interino para pasar una etapa difícil. Como un favor de una amiga.

Su experiencia con Release, significaba que los trámites y tecnicismos legales y contractuales no la intimidaban. Los Clash apreciaban la manera en que ella había sacado a Paul y Topper bajo fianza y posteriormente había retrasado la aparición de Johnny Green en el juzgado por conducir borracho, prolongando así la posibilidad de que siguiera manejando la trafic de la banda.

En 1979, cualquier ganancia de los Clash por regalías por ventas de discos iba directo a pagar la deuda de la banda con el sello CBS.

La relación de los Clash con la CBS era conflictiva -admite Caroline-. Pero cualquiera que afirme que hacia 1979 parecía que los Clash tenían una deuda irrecuperable, no entiende las finanzas. La deuda era normal y, teniendo en cuenta el potencial creativo de la banda, era fácil de manejar. Las ganancias de los Clash estaban en espera. Hacia 1979, en los papeles, de hecho eran muy ricos… si es que no eran millonarios.

Carlifornia, Estados Unidos, febrero de 1979. Primera gira por ese país.

El encargado de artistas y repertorio de la CBS, Muff Winwood, admite que la relación con la banda se había vuelto más tirante desde la partida de Bernie Rhodes, pero dice firmemente que eso era culpa de los Clash:

-Cuando Caroline pasó a ser la manager, la banda probablemente le dijo qué hacer y qué no, y una de las cosas que tenía que hacer era mantener distancia con la empresa discográfica. Era difícil. Ellos querían manejar sus vidas a su manera. Estaban haciéndole ganar plata a la empresa, así que tenía sentido seguirles la corriente. La empresa les prestaba plata para que salieran adelante y después la recuperaba con la ventas de discos -dice.

-Para que hubiera un fluido constante de fondos, yo tenía que tener discusiones habituales con la CBS sobre los “planes” de los Clash -dice Caroline-. Yo le bosquejé a la CBS un plan a futuro para los Clash: era obvio que la banda necesitaba un descanso, tiempo para componer canciones nuevas, grabar el tercer disco y volver a girar por EE.UU. Descanso y tiempo eran lo primero y fundamental.

Desde que tomó el control del grupo a sus 33 años, Caroline trató de recalcarle a los integrantes de los Clash [10 años menores] lo importante que era que se aseguraran lugares propios para vivir.

-Les expliqué que estaban en una posición financiera como para comprar propiedades chicas -dice-. Les dije que con su contador les iba a organizar las hipotecas. Les sugerí que pagar una hipoteca era mejor que usar sus ganancias pagando alquileres. Paul Simonon aceptó la oferta y pudo comprar un depto chico.

En la primavera boreal de 1979, Paul pasó de ser oficialmente un sin techo, a ser el primer integrante de los Clash con casa propia.

Caroline Coon dice que el bajista se interesó por la idea de componer canciones cuando empezó a ver las regalías por los derechos de autor. Paul había notado que sus aportes a las áreas vestuario, estilo y presentación, no daban el mismo tipo de remuneración. De hecho, ninguna remuneración.

-Paul empezó a componer la canción “The guns of Brixton” en 1978, antes de mudarse. Yo le había sugerido que en vez de tener resentimiento por los compositores de los Clash, escribiera canciones propias. La trabajó en sus visitas a mi casa.

A pesar de la reacción serena de Caroline a la situación de los Clash, hacia principios de mayo de 1979, ellos seguían en una relación inquieta tanto con las sucursales británica como estadounidense de la empresa discográfica, y sus esperanzas de volver a girar por EE.UU. estaban temporalmente frustradas.

Previsiblemente, fue Caroline la que pagó los platos rotos. Su trato con la banda bordeaba lo autoritario y eso le molestaba a Joe. Y su (aparente) relación con Paul le sumaba un escalofrío de Yoko Ono a su rol.

-En realidad eran Mick y Joe. Creo que a ellos le parecía que ella no estaba al nivel que necesitaban. Para decirlo sin rodeos, creo que ella les parecía una trepadora. Y a esa altura, la gente extrañaba a Bernie Rhodes de una manera rara -dice Johnny Green.

Esa valoración de las capacidades y objetivos de Caroline, es injusta e infundada. El otro director de Rude Boy, Jack Hazan, está más acertado al decir que ella fue la primera manager de un grupo de rock en ser despedida por ser demasiado eficiente.

-Yo quería pasarle la posta a otro manager idóneo. Estaba esperando -dice ella.

En consecuencia, también estaba buscando oportunidades para no quedar en la lona cuando ese traspaso ocurriera. Era inminente que Caroline se fuera a Estados Unidos a concretar un compromiso como asesora creativa para una futura película punk con el título provisorio de All Washed Up. Eso le permitió a Joe a jugar al asesino sin tener que enfrentar consecuencias:

-El día que me tomaba el vuelo a EE.UU. a reunirme con Paramount, Joe me llamó de repente a una reunión -dice Caroline-. Entré y me senté al lado de él. “¡Estás despedida!”, dijo. “¡Bien!”, le dije. Me reí y me fui. Me pareció re gracioso. Me fui directo al aeropuerto. Paré en New York a agradecerle al agente estadounidense de los Clash y a la gente de la CBS y les expliqué que la banda buscaba un nuevo manager. Los Clash después dijeron que les gustaba el caos, pero el caos tiende a bloquear la plata.

-Creo que su capacidad era más organizativa que inspiradora o visionaria. Así que no se trasladó demasiado bien al raro mundo del rock -opinó Joe.

Dejando de lado ese final abrupto e ingrato, ella estaba contenta:

-Mi misión estaba cumplida. Logré que los Clash siguieran juntos. Estaban trabajando en su tercer disco. Me parecía que su futuro estaba asegurado y, pasara lo que les pasara, iban a tener un mínimo de seguridad financiera para el resto de sus vidas.

Caroline trabajó en la película y, como prueba de que no guardaba ningún resentimiento contra los Clash en general o contra Paul Simonon en particular, le consiguió un casting a Paul para un papel en la película. Tuvo éxito y la filmación se llevó a cabo en abril de 1980 en Los Angeles y Vancouver.

-Paul estaba molesto por la manera en que se había ido Coon y por cómo la habían tratado -dice Johnny Green-. Después de eso, él se puso mucho más firme dentro de la dinámica del grupo.

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