Robin Banks: el origen de “Stay free”

En el Día del Amigo, conocé la historia del problemático compinche de Mick Jones.

La mayor parte del texto es de Pat Gilbert. Traducción, compaginación, aclaraciones: Lepo.

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Robin Banks [con un apodo basado en un juego de palabras con “robbing banks”, asaltar bancos] fue uno de los tantos colaboradores de los Clash, cuya energía e ideas crearían un clima chispeante, desafiante y provocador alrededor del grupo. Con el jefe de los plomos, Johnny Green, y otros, se volvieron una especie de laboratorio de ideas punk; una “universidad maligna” de inadaptados inteligentes. Siempre eran mucho más que unos meros apóstoles, y el término “plomos” es ridículamente inapropiado.

Topper Headon, Robin Banks, Mick Jones, Roadent (plomo) y Joe Strummer. Agosto de 1977.

Robin nació en 1953 en Whitechapel (oeste de Londres) y fue bautizado Robin Crocker cuando lo adoptó una familia que vivía en un edificio detrás de la estación Brixton. A fines de los ’60, la familia se mudó a una vivienda municipal, en Crystal Palace (sur de Londres).

El comediante Ronnie Corbett vivía cerca, en un palacio gótico-victoriano enorme. Robin le sacaba a pasear el perro para ganar un poco de plata, hasta que la mascota terminó en un estanque y Corbett lo mandó a buscar empleo a otro lado.

En 1966, aceptaron a Mick Jones en Strand, una escuela secundaria de varones. En los ’60, y actualmente en algunos países, las secundarias eran el tope de la educación pública y elegían a los alumnos que fueran lo suficientemente inteligentes.

-Tenía un clima muy de la preguerra -recuerda Robin Banks, que se pasó a llamar así durante la época punk-. Nosotros éramos los rebeldes de la escuela. Lo único que nos interesaba era la música y hacer justamente lo contrario de lo que nos decían. A Mick y a mí no nos interesaba la escuela para nada.

-Robin se quedó de año en la escuela por ser una influencia alborotadora y se sentó al lado mío en el curso -recuerda Mick Jones-. En una clase de matemática tuvimos una discusión acalorada sobre quién era mejor: Chuck Berry o Bo Diddley. Terminó en una pelea seria, rodando por el piso. Después de eso, nos volvimos grandes amigos.

-Nos estábamos cagando a piñas -cuenta Robin-. Fue muy gracioso. Pero se creó un lazo. De entrada era una muestra de que a los dos nos importaba mucho la música.

Mick era el que defendía el honor de Bo; un hombre que a futuro iba a demostrar ser una gran inspiración para él y su coautor de canciones Joe Strummer.

Robin Banks era un lunático extremadamente brillante, con mucha lectura, a quien la escuela le resultaba intolerablemente aburrida. No tenía miedo y hacía cualquier cosa para aliviar el aburrimiento: saltar por las ventanas, ser irrespetuoso con las maestras, y hacerle frente a los matones mayores.

El castigo corporal era una parte tan integral de su existencia, que aparentemente empezó a usar un par de pantalones cortos de cuero debajo de la pilcha escolar para suavizar el ardor de la vara del director.

A Mick, Robin le resultaba maravilloso y los dos se volvieron inseparables. Había una sensación fuerte de experiencia en común: relaciones familiares deficientes.

-Creo que nos unieron nuestros antecedentes -dice Robin-. Mick no tenía familia por un proceso de abandono. Yo por un proceso de adopción. Eso nos ponía en igual posición.

Mick Jones

En 1968, Mick y su abuela se habían mudado de Brixton para vivir con la hermana y la cuñada de ella, en Park West, un edificio privado lujoso, cerca del parque Hyde.

-Mick controlaba toda la situación. Le permitían hacer lo que quisiera. Stella era bárbara, pero Mick le gritaba “¡andá a hacer el puto té!”. Yo pensaba “yo no trato así a mi nona”. Pero era evidente que había un amor profundo ahí. Stella me decía “Robin, por favor hacé que se corte el pelo. ¿No podés hacer algo? Parece el abominable hombre de las nieves”. Me vivía hablando y hablando. Yo estaba entre la espada y la pared -recuerda Robin.

En el verano de 1969, Mick [de 14 años] dejó de lado sus estudios para asistir a algunos de los conciertos más trascendentales de fines de los ’60. En junio, él y Robin fueron testigos del primer gran reci de Led Zeppelin en el Reino Unido, en el Albert Hall, y al mes siguiente vieron el reci gratuito de los Stones en el parque Hyde.

-Mi método de rebelión era ser lo más alborotador posible. El de Mick era tener el pelo más largo y los pantalones más ajustados de la escuela; algo que realmente era bastante impactante, porque era una institución muy conservadora.

Mick a los 17

Con la libertad para hacer prácticamente lo que tenía ganas, Mick se juntaba con Robin y los novatos de la banda escolar Schoolgirl, y hacían incursiones en ciudades lejanas para ver a Mott The Hoople.

Robin recuerda:

-Nos hacíamos los dormidos en los trenes y bajábamos justo antes de que parara en la estación; corríamos por la vía y saltábamos una reja. De esa manera no había que pagar un pasaje. A uno de nosotros lo agarraron una vez. Se enganchó en el alambre de púas. Íbamos a todas partes. Desde Liverpool en el norte hasta Plymouth en el sur.

Otros favoritos de los chicos de Strand eran los Faces, el grupo de Rod Stewart con tres ex-Small Faces, más el guitarrista Ronnie Wood.

-Terminábamos en su camarín. Nos sentábamos ahí, ignorando a Rod y tratando de hablar con Ronnie.

En su mente, ellos siempre estaban dos pasos adelante de los pibes del interior, que conocían en Liverpool, Newcastle y Southampton. Eran más copados, se vestían mejor; estaban más despiertos.

-Nos reímos hasta el día de hoy, porque nos creíamos los más vivos del mundo.

En 1972, Mick estaba volviendo a rendir sus exámenes finales, porque los reprobó a todos el año anterior. Inspirado en Schoolgirl, Mick invirtió en una guitarra Hofner usada, que compró a 16 libras [más de 300 dólares actuales] y le pidió a Robin, que ya tocaba la guitarra, que se la afinara y le mostrara un par de acordes. Lo primero que le enseñó fue el riff de “Spoonful” de Cream.

En 1973, Mick y su abuela se fueron de Park West a un depto en el piso de 18 de Wilmcote House, un edificio municipal que daba a la autopista Westway, ruta arterial del centro de Londres. Robin celebró la mudanza colgándose del balcón, a unos 60 metros del piso, fingiendo que se soltaba.

Su imprudencia característica y su sentido del peligro pronto resultaría alarmante: al dejar la escuela, encontró trabajo en el diario West London Weekly, como vendedor de publicidad y redactor. Cuando lo despidieron, empezó a juntarse con unos viejos amigos que asaltaban locales de apuestas, para recolectar efectivo fácil.

A fines de 1973, participó de un robo en Streatham (sur de Londres). La pandilla fue detenida y lo condenaron por asalto a mano armada. Primero lo mandaron a la cárcel Wormwood Scrubs (oeste de Londres) y después a Albany, una penitenciaría de máxima seguridad, en la Isla de Wight (en el sur de Inglaterra, a 145 kilómetros de la capital). Era el preso más joven de la cárcel.

Robin está tranquilo con lo que pasó en aquel entonces:

-Es el tipo de cosas que solamente se hacen cuando sos joven -dice-. ¿Por qué lo hice? Porque ese día me sentí un poco codicioso. No. En realidad, pensé “¿por qué no?”. Si no tenía trabajo.

El episodio, obviamente fue un impacto profundo para todos los que lo conocían. Hoy, él le da poca importancia al asunto, pero es difícil imaginarse cómo era la realidad de una de las cárceles más ásperas de Gran Bretaña para alguien de 19 años, que andaba con un libro como El yo dividido de Ronald David Laing en una mano, y un diario con el resultado de las carreras de caballos, en la otra.

A Mick se lo criticó en los Clash por ponerle glamour a la historia de Robin, cuando la usó como base para su canción “Stay free”. Pero en aquel entonces, la idea de que Mick alguna vez escribiría sobre las experiencias de él y su amigo en una canción de rock, todavía era un sueño distante. Robin estuvo preso dos años y Mick siguió persiguiendo su meta de ser estrella de rock.

-Cuando salí de la cárcel, Mick era un guitarrista brillante -dice Robin-. ¿Viste ese verso de “Stay free” que dice que practicaba diariamente en su pieza? Eso fue exactamente lo que hizo Mick. No se puede pasar por alto la pasión y el instinto de ese hombre. Estaba decidido a pegarla. Eso era lo que lo hacía distinto. Una noche vino con una acústica y me mostró “Stay free” [Seguí en libertad]. Alguien una vez me dijo que es la canción más espectacular de amor heterosexual masculino, y es muy cierto. Es un recuerdo de una banda gloriosa en una época gloriosa y de una amistad gloriosa. Desafortunadamente, no seguí en libertad. Arrebaté unos sueldos en Estocolmo y me metieron en cana de nuevo.

Otra anécdota de Robin, es que en 1978 los Clash estaban empezando a trabajar con Sandy Pearlman, el productor de su segundo disco. El estadounidense fue a un recital sin avisar e intentó entrar al camarín. Robin era el patovica de la banda y lo tumbó de una piña, sin saber quién era.

En 2003, Robin fue a Irak como parte de la protesta de los Escudos Humanos contra la guerra. Fue uno de los pocos Escudos que se quedaron en Bagdad durante el conflicto bélico.

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