“English civil war”: los Clash contra los neonazis

Una reversión de una canción folklórica de la Guerra Civil Estadounidense, actualizada para referirse a la vida británica moderna y al aumento de las tensiones raciales que se sentían en la cultura de fines de los ’70 y principios de los ’80.

Traducción y compaginación: Lepo.

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La canción de los Clash “English civil war” [Guerra civil inglesa] venía incluida en su segundo disco, Give ‘Em Enough Rope, pero se publicó nuevamente tres meses después como single, el 23 de febrero de 1979. Llegó al puesto 25 en el ranking de ventas británicas.

El tema deriva de “When Johnny comes marching home” [“Cuando Johnny viene marchando a su casa”], una canción de la Guerra Civil Estadounidense, compuesta por Patrick Sarsfield Gilmore, director de la banda militar del ejército del Norte. La canción se hizo popular también en el bando del Sur.

Joe Strummer había aprendido el tema en la escuela y le sugirió a sus compañeros que la actualizaran.

Cuando Johnny viene marchando a su casa de nuevo

Viene en colectivo o en el subterráneo

Va a caer una lágrima del ojo de una mujer

al ver su rostro tan golpeado por el miedo

y está a la vuelta de la esquina

en la Guerra Civil Inglesa.

En 1977 el partido neonazi británico National Front [Frente Nacional] logró buenos resultados en las elecciones municipales de Londres: obtuvo 120.000 votos, saliendo tercero en el centro de la ciudad. La letra de los Clash se refería al peligro que eso significaba.

Los Clash hablando de la canción en 1978

-¿A qué se refieren con “English Civil War”?

Joe Strummer: -Yo trato de decir que la guerra está a la vuelta de la esquina, así que Johnny [el personaje de la canción] no tiene que irse muy lejos. Por eso viaja en bondi o en subterráneo.

Mick Jones: -Yo desprecio al National Front. No hay palabras lo suficientemente fuertes para decir, porque los fascistas asesinaron a miles de personas. Eso es serio. Ahora siguen siendo los mismos chivos expiatorios de siempre: los asiáticos y los judíos. Y si el Frente entra, va a matar más gente. Podemos hacer cosas: simular que no existe, o usar todo el poder que podamos para el beneficio del bien. Nosotros nos ponemos a disposición, pero no lo veo en términos de organizaciones. Lo veo más como una pandilla o algo así. Tengo una visión bastante idealista de eso.

Los Clash en 1978.

Joe Strummer: -Ya empezó. Hay gente que ataca a los bengalíes con palos y disparan escopetas en Wolverhampton. Lo que realmente me choca es que sea taaan respetable ser de derecha. Todos esos viejos del Monday Club [un grupo conservador] probablemente se pasen al National Front si empieza a hacer algún avance. Eso es lo que pasó en Alemania. Se dieron vuelta y dijeron “Oh sí, yo fui Nazi todo el tiempo, amigo”. Es una lástima que cuando los skins salen a arrasar, no vayan a la Cámara de los Comunes [cámara baja del parlamento británico] y hagan pedazos ese lugar. Cada vez que hay disturbios urbanos, ocurren siempre en zonas pobres de la ciudad. ¿Por qué no pasan en zonas ricas? Romperían más cosas si fuera así. Si es en Londres, siempre es en el East End o en Notting Hill.

-¿Qué opinan de la gente que dice que se exagera cuando se habla del poder del National Front?

Mick: -En 1928, Adolf Hitler tuvo un 2,8% de votos. En 1939, nadie votó a otro. Eso pasó en cuestión de 10 años.

Joe: -En 1933 era canciller.

Mick: -Se puede haber hecho demasiado énfasis en lo del NF, pero la cosa es mucho más grande que solamente el NF.

B-379-21 001

Joe: -Tocamos en Birmingham una semana después del festival Antinazi y salió en la tapa del diario The Sun que unos chabones blancos abrieron una ventana de un auto y le tiraron con una escopeta a un grupo de caribeños.

Mick: -Ocurrió la noche que tocamos ahí. A la mañana siguiente lo leímos en el diario.

Joe: -Si la gente sale a tirarte con escopeta, lo primero que tenés que hacer es conseguirte tu propia escopeta.

-¿Cuál es su reacción cuando los pibes hacen eso?

Joe: -Deberían ir a hacer eso al Congreso.

-¿Creen que ustedes harían que cambiaran su actitud?

Joe: -Bueno, depende si quieren entender las letras de nuestras canciones. Si no quieren, no quieren. No se los puede forzar. Solamente podemos cantar y tocar.

Mick: -Habría que mudar a todos los skinheads a las afueras de la ciudad.

El recuerdo de un fan

Texto de steveforthedeaf.wordpress.com

La primera grabación de los Clash que tuve en mi vida fue el single “English civil war”. Lo compré porque había visto la película de donde surgió la captura que ilustraba su sobre. Un film que me había dejado un efecto bastante profundo.

Era una versión animada del cuento “Rebelión en la granja” de George Orwell. Una niñera me había sentado a verla en su casa a principios de los ’80 al creer equivocadamente que era una película de dibujitos para chicos… “como Disney”.

No era como Disney.

“Rebelión en la granja” me voló la cabecita. Unos pocos años después, tenía edad de comprar discos y ya tenía en mi colección el de los Sex Pistols y un par de canciones de los Ruts y los Stranglers, cuando vi esta en el cesto de las ofertas.

Por mucho tiempo, “English civil war” fue para mí la mejor canción del catálogo viejo de los Clash. Una reversión de una canción folklórica de la Guerra Civil Estadounidense, actualizada para referirse a la vida británica moderna y al aumento de las tensiones raciales que se sentían en la cultura de fines de los ’70 y principios de los ’80.

El punk, el ska, el 2-Tone y la política eran tan inseparables como los colores de piel de los pibes y los prejuicios de las generaciones anteriores en los patios de las escuelas de esa época.

Me acuerdo de que veía grafitis del Frente Nacional en las paredes contra las que pateábamos la pelota. Siempre eran líneas toscas de pintura blanca. Nunca tenían estilo ni onda. Me acuerdo de que los pibes negros o asiáticos de la nuestros equipos deportivos de la escuela, no querían ir a ciertas partes de la ciudad “por lo que podía pasar”. Me acuerdo pero nunca lo entendí.

Nunca entendí por qué los pibes negros eran siempre los primeros en tener la nariz con sangre cuando jugábamos al rugby. Ni por qué los profesores agarraban de punto a Mashuk o a Asham por portarse mal, cuando Ben y yo éramos los que más boludeábamos.

Fue en la época que empecé a escuchar discos, que la curiosa regularidad de esos incidentes se empezó a parecer a la injusticia, el prejuicio y el liviano velo que ocultaba el racismo británico cotidiano de fines del siglo XX, se trasparentó frente a mí.

Del otro lado de “English civil war” estaba el magnífico cover de “Pressure drop”, un tema de Toots and the Maytals.

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