En qué anda Tymon Dogg

El músico que le enseñó a tocar a Joe Strummer, cumple años y tiene un nuevo proyecto.

Traducción, compaginación, aclaraciones: Lepo. Textos de Ian Anderson y Beatriz Talegón.

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El segundo disco de Joe Strummer & The Mescaleros, Global A Go-Go [2001], con su mezcla inspirada en el rock clashero, la música de raíces multiculturales y el futuro, manifestó la reunión sólida y la creatividad musical de dos personas cuyas vidas se habían entrelazado y desentrelazado durante casi 30 años: Joe Strummer y Tymon Dogg, uno de los verdaderos excéntricos olvidados de la música inglesa.

A principios de los ’70, Dogg y Strummer se juntaron por primera vez en una legendaria casa okupa de Palmers Green [norte de Londres] apodada “Altos del vómito”.

Joe pasaba la gorra en el subte para Tymon, que era músico callejero. Joe apenas estaba empezando a aprender a tocar el ukelele, pero a esa altura Tymon ya era un veterano en el negocio de la música: estuvo en serio peligro de convertirse en una estrella pop hecha y derecha.

Nacido en Lancashire [355 kilómetros al noroeste de Londres] el 26 de mayo de 1950, su nombre real es Stephen Murray. El joven Tymon escapó por poco de las garras de la religión gracias a Bob Dylan:

-En esa época fui a un seminario. Cuando tenía 11, vinieron unos chabones más grandes que tocaban “Blowin’ in the wind” y ese tipo de cosas y dije “eso está mejor que esta búsqueda espiritual. Hay que ir hacia allá”. Me acuerdo de que me paraba en el vestuario frente al espejo y me peinaba el pelo diciendo “¡guitarras sí, biblias no!”. Debo haber tenido 14. Tenía una guitarra que me compró mi padre cuando tenía siete y no me había puesto a resolver realmente cómo tocarla. Le puse unas cuerdas y la tocaba todo el tiempo. A fin de año [1964] traté de tocar en público en un par de lugares, como matinés y ese tipo de cosas. Estaba en uno de esos lugares y nos vio una banda de Liverpool y dijeron “vengan con nosotros mañana a la noche y los vamos a hacer tocar en The Cavern”. Bob Wooler, que había sido manager de los Beatles, me conseguía fechas.

Básicamente empecé a componer canciones pero no tenía casi nada compuesto y era muy consciente de que era muy importante componer. No empecé a componer de verdad hasta los 16 o 17. Apenas compuse esas canciones se las mandé a alguien. Yo ya trabajaba en una imprenta y entró una llamada telefónica. Me dijeron “¿podés venir a Londres mañana?”. De repente estaba en el estudio Nº 1 del sello discográfico Pye y Ray Davies [de los Kinks] me estaba diciendo “hola”. Después empecé a grabar discos y hubo una discusión en la empresa sobre cómo grabar los discos. Era 1967. Algunos decían “este chabón es como [el cantante estadounidense] Tim Hardin; es folk”. Y otros decían “sí, pero tiene 17. Lo podemos convertir en estrella pop”.

En su primer single figuró como “Timon” y tenía a Jimmy Page y John Paul Jones como músicos sesionistas, pero desapareció casi sin dejar rastro. Así que un tiempo después, lo convocaron los cazatalentos de Apple, la empresa de los Beatles. Esta vez tuvo a Paul McCartney al piano y a Peter Asher como productor. Pero las cosas no mejoraron mucho: querían convertirlo en la versión masculina de la cantante folk galesa Mary Hopkin y él prefería ser como el bluesero estadounidense Tom Rush. Se volvió a ir. La tercera no fue la vencida: firmó con el sello Threshold de los Moody Blues y pronto fue su telonero en el Albert Hall de Londres. Tenía solamente 19 años. Después de eso, tuvo una salida apresurada del mundo del pop.

-Me largué totalmente solo a partir de 1970. Me escondía de todos los que me habían contratado antes. Me juntaba con estudiantes que estaban un poco intrigados porque iban todos a la facultad y yo me les quedaba a dormir en el piso. Yo conocía a un par de personas, como Bob Harris, que pasaba mis cosas en la radio. Pero yo decía “no, estoy mejor así”. De alguna u otra manera, sigo teniendo todas mis canciones. No las tiene ninguna empresa. Y cada vez que usan alguna, por ejemplo en una película, ¡tienen que rastrearme para que les de permiso!

En algún momento, Tymon agarró el violín, que con los años se volvió el instrumento que lo hizo más famoso. Ha citado influencias indias e irlandesas. Pero cantar tocando el violín no ha sido algo común de ver y en aquel entonces había pocos modelos a imitar.

-Me fui a Irlanda y dormía literalmente en cabañas antiguas. Quería empaparme realmente de todo eso y la primera vez que canté tocando el violín al mismo tiempo fue en el ’73. No sé qué me inspiró. Creo que vi a Carolann Pegg [una música folk inglesa]. Ella tenía un violín y pensé “qué buena idea”, y me intrigó porque yo ya tenía un violín. Y con Barry Dransfield [otro músico folk inglés] nos encontramos en Bélgica. Es una larga historia: Joe Strummer era mi plomo en 1974. Estábamos haciendo dedo y nos levantó un chabón. Estábamos totalmente secos y nos dijo “mañana voy a armar un recital”. Tocaban una banda de jazz y Barry Dransfield en un salón grande, en el medio de Bélgica. Y el chabón me dijo “¿te gustaría tocar en la recepción?”. Así que vimos el reci de Barry. Yo no lo había escuchado nunca. Yo canté tocando el violín y creo que Joe tocó un par de acordes. Después, Barry y yo charlamos un poco. Pero a la mañana siguiente Barry no estaba y el chabón nos dijo que tocáramos en lugar de él y lo hicimos. Joe andaba por toda la movida folk. Estaba siempre. Si yo tocaba en Londres, él siempre estaba.

Tymon participó de la banda de Strummer The 101’ers y en los discos Sandinista! [1980] y Combat Rock [1982] de los Clash. Publicó su disco Battle of Wills en 1982 y durante los ’80 también trabajó con Malcolm McLaren en la época del disco Duck Rock [1983]. Joe le había financiado un disco solista, Hollowed Out, grabado con el productor de Combat Rock, Glyn Johns. Tymon decidió no publicarlo. Grabó un disco new age con Helen Cherry bajo el nombre The Frugivores [1987] y después otro disco solista, Relentless [1989]. Después pareció tranquilizarse todo:

-Pasé bastante tiempo en España. Trabajé un poco con Enrique Morente [cantante de flamenco fallecido en 2010]. Incluso hice un reci tocando el violín en Madrid para el cubano Compay Segundo [fallecido en 2003]. Hay dos discos de música del mundo en donde figuro como Step Murray. Tuve un hijo y quería cuidarlo mucho, así que me dediqué mucho a eso. Trabajé bastante en Irlanda con un cantautor llamado Sean Miller. Hice todo tipo de cosas lindas y tranquilas. Y después pasaron cosas en mi vida personal. Fue una época muy mágica. Volví a Londres en 1999.

Tymon se reconectó con Joe Strummer no mucho después de volver de España y tocaron juntos en un recital homenaje al bajista fallecido de los 101’ers, Mole Chesterton.

En abril de 2000, acompañado por Pablo Cook [percusión] y Tymon, Strummer tocó “Island hopping” de su disco solista Earthquake Weather, “Junco partner” y “London’s burning” en las Olimpiadas de Poesía, en el Teatro de la Reina, actual Teatro Sondheim.

-Eso realmente me dio la sensación de “este es el camino a seguir” -contó Joe-. A veces te cansás de las guitarras gordas, la paliza a la batería y todo eso. Se puede volver aburrido. Buscaba un cambio de clima o alguna manera de cambiar las cosas un poco. Y tocar en esa noche de poesía beat nos dio la sensación de meternos a probar un poco de improvisación, por más que lo usáramos o no.

Joe Strummer en las Olimpiadas de Poesía de Londres. 4 de abril de 2000. Foto de Michael Putland.

Tymon recuerda:

-Joe me llamó después de las Olimpiadas de Poesía y me dijo “hagamos una gira. Vos, yo, un percusionista y [el músico folk inglés] Martin Carthy. Martin había tocado la guitarra para nosotros en las Olimpiadas de Poesía. Joe se bajó del escenario diciendo “¡ese fue mi mejor momento como cantante en mi vida!”.

En otoño boreal de 2000, Joe Strummer y su grupo, los Mescaleros, empezaron a grabar lo que sería Global a Go-Go.

Joe iba caminando por el Soho y se topó, aparentemente por casualidad, con el hombre que lo había metido en la música. Ahora Joe le preguntó a Tymon: “¿Dónde vas? Vení conmigo. ¿Dónde está el violín? ¡Andá a buscarlo!”.

-Me invitó al estudio, llegó e hicimos “Silver and gold”, que es el último tema de Streetcore [disco final de los Mescaleros, 2003]. A esa la grabamos en aquel entonces y empezamos a repasar canciones de 1977. Le dije “dejemos el pasado donde está. Tenemos que crear algo nuevo”.

Esa primera semana, Joe también hizo que Tymon se sumara con el violín en un tema tradicional irlandés, mientras Joe tarareaba la letra. La versión que tocaban era de al menos 20 minutos y Tymon empezó a agregar efectos experimentales.

La llegada de Tymon cambió significativamente la demografía del grupo. Mientras que anteriormente Joe Strummer & The Mescaleros significaba “un chabón más viejo con una parva de chabones jóvenes”, ahora Joe tenía un aliado de su edad; alguien que literalmente sabía de dónde venía.

Tymon era un multiinstrumentalista consumado: en lo que iba a ser Global a Go-Go, tocaría el violín, la guitarra eléctrica, la criolla y la mandolina. No parece una coincidencia que en su extensión libre y compleja, Global a Go-Go es el disco solista de Strummer que da la sensación más cercana a Sandinista! de los Clash, en donde también había trabajado Tymon.

Tapa de atrás de Global A Go-Go, con Tymon ya como integrante fijo de los Mescaleros.

Ellos eran sus propios productores: zapaban ideas de canciones, demostrando un híbrido natural de estilos, cabalgando entre la crudeza de los amplis valvulares y la decoración melódica sutil.

-No había nadie más que Pablo Cook y Richard Flack [técnico de grabación]. Empezaron a tocar “Gamma ray”. Martin Slattery [guitarra] y Schott Shields [bajo] llegaron después y tocaron un par de notas y yo empecé a tocar el violín encima de eso -rememora Tymon-. Ahí arrancó todo. En “Gamma ray” fue que pensamos “podemos hacer lo que carajo queramos”. Ellos tocaban un ritmo; yo iba y volvía por el pasillo del estudio con el violín, y Joe corría por detrás mío con un grabador de juguete. Fue increíblemente divertido. Joe nunca trabajó mucho solo. Ya fuera con Mick Jones u otro, siempre quería trabajar con gente para crear música. No estaba cómodo con la música. Le encantaba pero lo suyo era el arte. Yo los había convencido hacía tiempo, a él y a todos los de la casa, de que todos podían aprender a tocar la guitarra, porque era para todos. La música era para todos, como caminar. No tenés que dedicarte a caminar o correr, pero es algo que necesita tu alma. La música no tiene por qué ser un trabajo para ser lo más importante de tu vida. No tenés por qué prostituirte para que el sexo sea lo más importante de tu vida. Él empezó a involucrarse en la música con ese elemento, pero siempre necesitaba un catalizador.

Joe Strummer con Tymon Dogg en el festival de Cambridge 2002. Foto de Jak Kilby.

Actualidad

Tymon Dogg & The Dacoits es un proyecto que comenzó en Granada y cuajó con dos conciertos y la grabación de varios temas propios en la primavera de 2016.

Desafiando todas las etiquetas convencionales, se puede hablar de la música de Tymon Dogg como una especie de “punk-folk”, y en este proyecto, el violín de Tymon está acompañado por los Dacoits con Antonio Arias [ex-091] en el bajo, Richard Dudanski [ex-101’ers] en la batería, J.J. Machuca, teclados y Juan Codorniú en la guitarra.

Escuchá una entrevista reciente con Tymon y su banda acá.

Antonio Arias colaboró por primera vez con Tymon Dogg en el año 1997, grabando en el estudio de Enrique Morente un tema para el disco FGL: De Granada a la Luna.

Tymon cuenta con una extensa discografía. Su último álbum en solitario fue Made of Light y salió en noviembre de 2017.

Se presentó el sábado 25 de mayo de 2024 en el Museo Cuevas de Sacromonte de Granada y a la medianoche sus compañeros lo felicitaron por su cumpleaños número 74.

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